De Beefeaters y Cuervos
Beefeater es el apodo que reciben los guardias de la Torre de Londres, cuyo nombre oficial es Vigilantes Alabarderos del Palacio Real Fortaleza de la Torre de Londres. Se remontan al reinado de Enrique VII, cuando en 1485 el rey decidió dejar en la Torre para su protección a sus doce guardias más ancianos y enfermos.
El origen de la curiosa palabra, que podría traducirse por comedor de carne de vacuno, es desconocido. Una teoría hace proceder el término del vocablo francés buffetier. Los buffetiers eran unos guardias en los palacios de los reyes de Francia cuyo cometido era proteger la comida del soberano. Pero parece más probable que el término beefeater derive del hecho de que en aquellos tiempos se les pagaba parte del salario en carne, una tradición que se mantuvo hasta el siglo XIX.
Los uniformes de gala que visten en ceremonias oficiales, de color escarlata y oro, datan de 1552. Fue la reina Isabel quien añadió la golilla blanca alrededor del cuello. Pero las iniciales E R que llevan hoy bordadas, y que significan Elizabetha Regina, no se refieren a ella, sino a Isabel II, la actual reina. Los Beefeaters que se ven en la Torre de Londres en la actualidad llevan habitualmente el uniforme azul que les concedió la reina Victoria en 1858, también con las iniciales de su soberana.
Uniforme de gala
No es tan fácil ser candidato a guardia de la Torre, porque para ello es necesario, entre otros requisitos, haber pasado previamente largos años en el ejército. Una vez admitido, el guardia ha de pronunciar un juramento de lealtad que se remonta a 1337.
En el año 2007 ingresó en el cuerpo la primera mujer, la escocesa Moira Cameron, tras derrotar a 5 aspirantes varones. No todos los Beefeaters dieron la bienvenida a su colega femenina: hace un año la Torre informó que tres de los guardianes estaban siendo investigados por acoso, y que dos de ellos habían sido suspendidos de su cargo. Hubo acusaciones de intimidación, notas desagradables en el casillero de Moira y daños en su uniforme de gala.
Los Beefeaters realizan 21 tareas diariamente, entre ellas la ceremonia de las llaves. Pero las principales, ahora que ya no hay prisioneros de los que ocuparse, son proteger las joyas de la Corona y atender a los miles de turistas que visitan el lugar cada día. También se requieren sus servicios cuando se corona a un monarca.
Moira Cameron con dos de sus compañeros
Algunos de los guardias son especialmente adiestrados para cuidar de los cuervos que viven en la Torre. Reciben entonces el nombre de Ravenmasters. Su función es muy importante, porque cuenta la leyenda que el día en que los cuervos abandonen el lugar, la torre Blanca se desplomará y el Reino Unido desaparecerá. De ahí que, según la creencia popular, para impedir la tragedia Carlos II publicara un real decreto que obliga a mantener seis cuervos.
El rey Carlos II habría tomado esta decisión en contra de la opinión de su astrónomo John Flamsteed, quien se quejaba de que las aves entorpecían su labor en el observatorio de la Torre Blanca. Para solucionar el problema, en vez de desalojar de allí a los cuervos, el rey decidió trasladar el observatorio a Greenwich. Sin embargo, es de señalar que no contamos con suficientes evidencias acerca de la presencia de cuervos en la Torre antes del siglo XIX, por lo que la historia bien podría ser un mito victoriano.
El origen de la leyenda se remonta a 1136, cuando Geoffrey de Monmouth escribió Historia Regnum Britanniae. En su obra, que recoge muchos mitos celtas, se refiere a un antiguo rey del siglo V llamado Bran Hen de Bryneich, siendo Bran la palabra galesa que designa al cuervo. Este rey cayó en batalla y su cabeza fue enterrada como talismán contra cualquier posible invasión. Y resulta que en ese lugar donde se enterró la cabeza del rey cuervo se erigió posteriormente la Torre de Londres.
A fin de retener a las aves y evitar que huyan, los cuidadores les recortan las plumas del ala derecha cada tres semanas. De ese modo su vuelo se desequilibra, aunque se asegura que el procedimiento no les lastima. A pesar de las drásticas medidas, algunos de ellos consiguen escapar, mientras que otros, simplemente, son “despedidos”. Raven George fue “desterrado” a un zoo en 1986 por comerse antenas de televisión, y Raven Grog fue visto por última vez fuera de un pub del East End llamado The Rose and Punchbowl, después de haber vivido 21 años en la Torre. Por eso, en previsión de estos inconvenientes, a los seis cuervos de rigor se suma siempre uno extra. Cuando durante la Segunda Guerra Mundial, y debido a los bombardeos, sólo Raven Grip sobrevivió, fue el propio Winston Churchill quien ordenó que los desaparecidos fueran reemplazados.
Los guardias dicen que los cuervos son los auténticos Beefeaters, puesto que reciben diariamente su ración de carne de vacuno. Se les alimenta bien. Cada día comen 6 onzas de carne y galletas para ave empapadas en sangre. Una vez a la semana se les da un huevo, y de vez en cuando un conejo con su piel, además de las sobras de la cocina.
Desde 1986 se lleva a cabo un programa de reproducción de estas aves. Raven Charlie y Raven Rhys se han apareado, y de su unión han salido 17 nuevos ejemplares.
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