lunes, 11 de julio de 2022

PROGRAMA Y BIBLIOGRÁFICA ACTUALIZADA 2022

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PARA VER CINE CON UNA MIRADA HISTORICA

CINE SOBRE EL MEDIOEVO

En la mayoría de la filmografía medieval las raíces históricas de personajes y sucesos están transformadas por el filtro literario y la leyenda (Los nibelungos, Barba Azul, Lady Godiva, El mantial de la doncella, La papisa Juana), además de por el espectáculo o la aventura inherentes a buena parte de unas películas que idealizan la Edad Media. En realidad, los datos son tan escasos en la documentación previa que los filmes con rigor histórico resultan excepcionales. Incluso se da la paradoja de que algunas de las mejores películas sobre la época, que intentan reflejar algo de su mentalidad, (El nombre de la rosa, El séptimo sello, Los señores del acero, El último valle) son fruto de la pura invención de nuestros contemporáneos.
En algunos casos, se ha buscado la traslación al cine de epopeyas nacionales de origen literario (La chanson de Roland, El Cid, Los nibelungos, El valle de las espadas) y de otras obras medievales de referencia (El Decamerón, Los cuentos de Canterbury, Tres historias de amor). Las presiones del imperio otomano y las tensiones de las cruzadas han quedado reflejadas, entre otras, en Solimán el conquistador, El talismán, Lionheart o en Las cruzadas, espectacular recreación de DeMille según su particular estilo.
La épica domina gran parte de los relatos sobre reyes y gobernantes, uno de los formatos más frecuentados del cine medieval. La filmografía hegemónica es acerca del medievo inglés con adaptaciones -confesas o no- de Shakespeare y coetáneos suyos sobre monarcas (Ricardo III, Enrique V, Eduardo II, Campanadas a medianoche, Alfredo el Grande, El león de invierno, Corazón de león, La torre de Londres) y obras de referencia como Becket, a partir de drama de Jean Anouilh, o Braveheart, sobre el líder escocés.

OTRA VISIÓN

Las relaciones entre el cine y la Edad Media empezaron por la fantasía de las películas de aventuras llenas de caballeros espléndidos y damas de larga caballera primorosamente peinada, y evolucionaron hacia el realismo "sucio" de esas otras películas que intentan mostrar la "verdadera" cara medieval. Hay mucha, mucha distancia entre la perilla de Errol Flynn en Robín de los bosques y las batallas de El reino de los cielos de Ridley Scott, o entre el impecable Camelot de Los caballeros del rey Arturo de Richard Thorpe y la sobrecogedora miseria que inunda Los señores del acero de Paul Verhoeven. Puede que dentro de poco veamos películas ambientadas en la Edad Media tan realistas que saldremos del cine manchados de sangre, pero no tan emocionantes como El halcón y la flecha. Las películas del Alto Cine Medieval (más alejado de nuestros días) se corresponden con la imagen "positiva" de la Edad Media: torneos, vida de corte, caballeros fieles y príncipes magnánimos; sin embargo, las películas del Bajo Cine Medieval (el más cercano) se centran en la imagen "negativa" (que algunos confunden con la imagen realista) de la Edad Media: pobreza, hambre, peste, desorden político, abusos contra los campesinos y supersticiones del pueblo.
De la historia de la península ibérica se recrean las figuras de los Reyes Católicos y su época (Locura de amor, La leona de Castilla, La espada negra, La reina Isabel en persona, Juana la loca); hay filmes sobre la cultura musulmana (Los cien caballeros, Al Andalus), las disputas dinásticas (Pedro el Cruel, La reina santa) y una expedición del reino de Navarra fuera de la piel de toro (La conquista de Albania). La Italia medieval es el escenario de aventuras e intrigas sobre los Borgia (La máscara de los Borgia, Lucrece Borgia, Le notti di Lucrecia Borgia, El príncipe de los zorros, El duque negro), relatos costumbristas (El Decamerón), biografías de san Francisco (Francesco, Francesco d'Assisi, Francesco, giullare di Dio, Hermano sol, hermana luna) etc.
Eisenstein tiene en su haber el díptico sobre el primer zar de todas las Rusias (Iván el terrible y La conjura de los boyardos) además de Alejandro Nevsky. De Asia hay aventuras en torno a la figura del fundador del imperio mongol, Genghis Khan (Genghis Khan, El conquistador de Mongolia, Los mongoles, La princesa Samarkand), y al viaje de Marco Polo (Las aventuras de Marco Polo, Marco Polo, La conquista de un imperio). El contexto medieval da lugar a invenciones de todos los géneros, particularmente de aventuras sin base histórica (El halcón y la flecha, Lady Halcón, Ivanhoe, La rosa negra, La espada normanda, Los invasores) -algunas de ellas planteadas como viajes en el tiempo (Navigator: una odisea en el tiempo, El caballero negro)-, pero también hay comedias (La armada Brancaleone, Blanche, El soldado de fortuna), filmes de terror (La máscara de la muerte roja), fantasía (Dragonheart), biografías de santos (con los varios títulos sobre Juana de Arco, Cotolay) e indagaciones sobre la brujería y los conflictos religiosos (Dies Irae, Belladona, Le Moine et la sorcière).

FILMS SOBRE LA EDAD MEDIA EN LA HISTORIA DEL CINE. En rojo los mas fácil de conseguir

Abdicación (La Abdicación, Anthony Harvey, 1974)
Al Andalus (Jaime Antonio Tarruella Oriol y, 1988)
Alejandro Nevsky (Aleksandr Nevskij, Sergei M. Eisenstein, 1938)
Alfredo el Grande (Alfredo el Grande Donnier, Clive, 1969)
Andrei Rubliov (Andrei Tarkowski, 1966)
La armada Brancaleone (L'armata Brancaleone, Mario Monicelli, 1965)
Las aventuras de Marco Polo (Las aventuras de Marco Polo, Archie Mayo, 1938)
Barba Azul (Azul Barbe, Christian-Jaque, 1951)
La batalla de los Tres Reyes (Ben Barka Suley, 1990)
Becket (Peter Glenville, 1963)
Belladona (Kanashimi no beradonna, Eiichi Yamamoto, 1973)
Blanche (Walerian Borowczyk, 1971)
El bordón y la estrella (León Klimovsky, 1966)
Braveheart . Corazón Valiente (Mel Gibson, 1995)
El caballero negro (El Caballero Negro, Gil Junger, 2001)
Los caballeros teutónicos (Krzyzacy, Aleksander Ford, 1960)
Campanadas un Medianoche (Campanadas a medianoche, de Orson Welles, 1965)
Chanson de Roland (Cassenti Frank, 1977)
El Cid (Anthony Mann, 1961)
Los caballeros Cien (Vittorio Cottafavi, 1965)
La conjura de los boyardos (Ivan Grozni II, Sergei M. Eisenstein, 1945)
La conquista de Albania (Alfonso Ungría, 1984)
La conquista de las Naciones Unidas imperio (L'Echiquier de Dieu, Denys de La Patellière, 1965)
El conquistador de Mongolia de (El Conquistador, Dick Powell, 1955)
Corazón de león (La Flecha Negro, Douglas Gordon, 1948)
Cotolay (José Antonio Nieves Conde, 1965)
Las Cruzadas (Las cruzadas, de Cecil B. De Mille, 1936)
Los cuentos de Canterbury (Il raconti di Canterbury, de Pier Paolo Pasolini, 1972)
El Decamerón (Il Decamerón, de Pier Paolo Pasolini, 1971)
Día del Juicio Final (Dag Vredens, Carl Th.. Dreyer, 1943)
Dragonheart (Rob Cohen, 1996)
El duque negro (Pino Mercanti, 1963)
Eduardo II (Eduardo II, Derek Jarman, 1991)
Enrique V (Enrique V, Laurence Olivier, 1944)
Enrique V (Enrique V, de Kenneth Branagh, 1989)
Erik, El vikingo (Erik, el vikingo, Terry Jones de 1989)
La espada negra (Francisco Rovira Beleta, 1976)
La espada normanda (Roberto Mauri, 1971)
Excalibur (John Boorman, 1981)
La flecha negra (Flecha Negro, Hugh John, 1985)
Francesco (Liliana Cavani, 1989)
Francesco d'Assisi (Liliana Cavani, 1966)
Francesco, Giullare di Dio (Roberto Rosellini, 1950)
Francisco de Asís (Francisco de Asís Curtiz, Michael, 1961)
Genghis Khan (Henry Levin, 1965)
Giovanna d'Arco al Rogo (Roberto Rossellini, 1954)
El halcón y la flecha (El halcón y la flecha, de Jacques Tourneur, 1950)
Hermano sol, hermana luna (Fratello única, sorella luna, Franco Zefirelli, 1972)
Los Invasores (Los Barcos Long, Jack Cardiff, 1963)
Iván El Terrible (Groznij Iván, Sergei M. Eisenstein, 1945)
Ivanhoe (Richard Thorpe, 1952)
Jerusalén Liberada (Gerusalemme Liberata, Carlo Ludovico Bragaglia, 1957)
Juana de Arco (Juana de Arco Victor Fleming, de 1948)
Juana de Arco (Juana de Arco, de Luc Besson, 1999)
Juana la Loca (Vicente Aranda, 2000)
Lady Godiva (Arthur Lubin, 1955)
Lady Halcon (Richard Donner, 1985)
La leona de Castilla (Juan de Orduña, 1951)
El león de invierno (The Lion in Winter, Anthony Harvey, 1968)
La leyenda de Genoveva (La leggenda di Genoveva, Arthur Maria Rabenalt, 1952)
Locura de amor (Juan de Orduña, 1948)
Lucrece Borgia (Christian-Jacque, 1950)
Mahoma, el mensajero de Dios (Mohammad, Messenger of God, Mustafá Akkad, 1977)
El manantial de la doncella (Jungfrukällan, Ingmar Bergman, 1959)
Marco Polo (Hugo Fregonese, 1961)
Mar de luna (Manuel Matji, 1995)
La máscara de la muerte roja (The Mask of the Red Death, Roger Corman, 1964)
La máscara de los Borgia (Bride of vengeance, Mitchel Leisen, 1949)
El milagro de los lobos (Le miracle des loups, André Hunebelle, 1961)
Le Moine et la sorcière (Suzanne Schiffman, 1987)
Los mongoles (I Mongoli, André de Toth, 1961)
Navigator, una odisea en el tiempo (The Navigator, a Medieval Odissey, Vincent Ward, 1988)
Los nibelungos (Die Nibelungen, Fritz Lang, 1924)
Los nibelungos (Die Nibelungen, Harld Reinl, 1967) La noche secreta de Lucrecia Borgia (Roberto Montero, 1982)
El nombre de la rosa (Il nome della rosa, Jean-Jacques Annaud, 1986)
Le notti di Lucrecia Borgia (Sergio Greco, 1959)
The Norseman (Charles B. Pierce, 1978)
Pajarracos y pajaritos (Uccellacci e uccellini, Pier Paolo Pasolini, 1966)
La papisa Juana (Pope Joan, Michael Anderson, 1972)
El puente de los suspiros (Piero Pieroti, 1964)
El rebelde (Michael Kofhaas, rebelde der, Volker Schlöndorff, 1969)
La reina Isabel en persona (Rafael Gordon, 2000)
La reina santa (Rafael Gil, 1947)
Ricardo III (Ricardo III, Laurence Olivier, 1955)
Ricardo III (Ricardo III, de Richard Loncraine, 1995)
La Rosa Negra (El Negro Rose, Henry Hathaway, 1950)
Santa Juana (Santa Juana, Otto Preminger, 1957)
El Señor de la Guerra (El señor de la guerra, Franklin J. Schaffner, 1965)
Los Señores del Acero (Flesh and Blood, Paul Verhoeven, 1985)
El séptimo sello (Det sjunde inseglet, Ingmar Bergman, 1956)
La Ruta de la Seda (Junya Sato, 1992)
El soldado de fortuna (Il Soldato di fortuna, Pasquale Festa Campanile, 1975)
Solimán El Conquistador (Solimano, conquistatore il, Mario Tota, 1961)
El talismán (Richard King y los cruzados, David Butler, 1954)
Teodora, emperatriz de Bizancio (Teodora, Riccardo Freda, 1954)
La torre de Londres (Torre de Londres, Rowland W. Lee, 1939)
Tres Historias de amor (Noches de Decameron, Hugo Fregonese, 1952)
El último valle (El último valle, James Clavell, 1971)
El valle de las espadas (Javier Setó, 1962)
Los vikingos (Los vikingos, Richard Fleischer, 1958)
The Warriors (Henry Levin, 1955)
Por Paseo El Amor y la Muerte (Un Paseo por el amor y la muerte, John Huston, 1969)
La pasión de Beatrice (Béatrice, Bertrand Tavernier, 1988)
La pasión de Juana de Arco (La pasión de Juana de Arco, Carl T. Dreyer, 1927)
Pedro el Cruel (Ferdinando Baldi, 1964)
La princesa Samarcanda (La Horda de Oro, George Sherman, 1951)
La princesa del Nilo (Harmon Jones, 1954)
El Príncipe de los Zorros (Príncipe de los zorros, el rey Enrique, 1949)
Le Procès de Jeanne d'Arc (Robert Bresson, 1961)
El puente de los suspiros (Il Ponte dei Sospiri, Mario Bonnard, 1940)

URBANISMO MEDIEVAL : El caso Vasco

Cuestiones generales del urbanismo medieval
Trataremos ahora de describir brevemente los elementos más característicos del urbanismo vasco medieval. Son en general aspectos comunes a todas las villas de la época –no nos encontramos ante rasgos específicos únicamente de estas dos provincias-; sin embargo, los abordaremos de tal manera que la referencia a emplazamientos vizcaínos y guipuzcoanos sea constante.

Las murallas

Podemos considerar que las murallas constituían el elemento fundacional de la ciudad medieval. Estos muros, además de facilitar la defensa de la villa, marcaban sus límites territoriales y jurisdiccionales. También establecían las demarcaciones del sistema impositivo, tanto comercial como municipal. Las murallas podían cumplir la misión de elemento divisorio –de carácter social o étnico- dentro de la propia villa. Este fue el caso de Bilbao, tal vez la ciudad vizcaína más importante en lo que a diversidad –funcional y estructural- de fortificaciones se refiere.
La murallas establecían los límites territoriales y jurisdiccionales de la villa, pero no impedían su crecimiento. Las nuevas fortificaciones fueron incorporando poco a poco esos barrios y calles que antes se encontraban fuera de sus límites. Esos núcleos que rebasaron los muros obligaron a construir otros más amplios y extensos que los incluyeran. Es más, en numerosos casos las murallas antiguas fueron destruidas, levantándose en su lugar calles de curioso e inconfundible trazado. Este fue el caso de Estella y, una vez más, Bilbao, en cuyos planos se pueden apreciar las huellas de este fenómeno urbanístico.
Tampoco faltaron las construcciones adosadas a la muralla, especialmente las iglesias. De ellas se aprovechaban las altas y sólidas torres como un elemento defensivo más. Estas se incluían dentro de las fortificaciones, en ocasiones también como puertas de la villa. Esto explicaría la austeridad del diseño de muchas de estas construcciones. De entre estas hemos de destacar el caso de Segura.

El plano de la ciudad

La estructura urbana medieval estaba claramente condicionada por aspectos como la muralla, la estructura social de la población de la villa y la distribución de la propiedad. En lo referido a esta última cuestión, habría que decir del caso vasco que, al tratarse todo de propiedad real, esta era notablemente homogénea. Distinguiremos a continuación varios tipos de ciudades clasificadas en función del tipo de plano. Trataremos además de describirlas y poner ejemplos concretos de cada una.
- Las ciudades camino, cuyo ejemplo más claro fue Estella, se caracterizaron por su arcaica estructura: en ellas se confunden el camino y la calle. En estos casos podemos empezar a hablar de ciudad con la contrucción de murallas y el trazado de calles perpendiculares a la principal.
- Las ciudades de planta rectangular presentaban ya una estructura más compleja de carácter ortogonal. Además, estaban divididas en parroquias, y presentaban cierta jerarquización social del espacio.
- Las ciudades de recinto fortificado irregular con dos parroquias se caracterizaban porque las iglesias influían notablemente en la estructura urbana. Estas formaban plazas y condicionaban el trazado de las calles. Además, con sus altas torres, en muchos casos utilizadas como elementos defensivos, destacaban sobre los demás edificios de la villa. Es decir, configuraban el paisaje de la misma. En Vizcaya destacaron los casos de Marquina, Durango, Guernica y Bilbao.
- Las ciudades con una sola iglesia central presentaban, por el contrario, una estructura sencilla. En Guipúzcoa nos encontramos con ese modelo de plano en Mondragón, Segura, Vergara y Guetaria; y en Vizcaya hay que hablar de Puebla de Arganzón.
 
bilbao


Los arrabales

Aquellos espacios periféricos que, temporal o permanentemente, se mantuvieron fuera de los muros de la villa se llamaron arrabales. Eran estos núcleos que iban desarrollándose al margen, pero en las inmediaciones, de la ciudad. Dejaban, por tanto, de ser arrabales cuando se incluían en el área fortificada. Estos elementos fueron desarrollándose y urbanizándose a lo largo del medievo.

Sin embargo, hemos de distinguir varios modelos de arrabales. En primer lugar habría que hablar de los surgidos en torno a ciudades con un fin casi exclusivamente militar. En ellas este fenómeno apenas hechos raíces, como bien puede apreciarse en el caso de Segura. El caso contrario encontramos en otras villas donde el elemento humano y económico resultaba más importante. Sin duda los casos de Bilbao y Durango, cuyos arrabales fueron los más importantes de todo elo territorio vasco, constituyen el mejor ejemplo de este segundo tipo. En tercer lugar citaremos brevemente los espacios en torno a los que solían surgir estos núcleos de población. Hablamos de los caminos, las fuentes y el entorno de los conventos y torres mobiliarias, como bien podemos apreciar en Mondragón.

Organización social de Europa medieval

Vasallaje y servidumbre

La mejor manera de entender la sociedad feudal es visualizándola como una pirámide. En la cumbre estaban el monarca y el Papado, en seguida se ubicaban los nobles y la jerarquía eclesiástica, y los campesinos constituían la base.
El feudalismo se caracteriza por un tipo de relación social que se conoce como vasallaje, que se dio básicamente entre los nobles y el monarca.
El vasallaje se define como un conjunto de instituciones que crean y rigen obligaciones de obediencia y servicio —principalmente militar— por parte de un hombre libre llamado “vasallo” hacia un hombre libre llamado “señor” y obligaciones de protección y sostenimiento por parte del “señor” respecto del “vasallo”.
La mayoría de las veces la obligación de sostenimiento del señor implicaba que éste otorgara al vasallo la posesión de una extensión de tierra llamada “feudo”. El feudo o propiedad territorial fue la pieza clave de los lazos de dependencia entre un señor y un vasallo.
Por ejemplo, si un noble daba un feudo (tierras) a otro noble, éste se convertía en vasallo del señor que le otorgaba la propiedad. A su vez, este señor era vasallo de otro noble (señor) que le había dado un feudo, y de este modo se creaba una cadena de señores y vasallos que se debían lealtad y obligaciones unos a otros.
Así, los nobles eran señores y simultáneamente vasallos. Nominalmente, todos los señores eran vasallos del rey. Sin embargo, en la práctica hubo señores feudales tan poderosos como el monarca.
El monarca era un soberano feudal de sus vasallos a quienes estaba ligado por vínculos recíprocos de fidelidad. Los recursos económicos del rey residían casi exclusivamente en sus dominios personales como señor, y sus llamadas a sus vasallos tenían una naturaleza esencialmente militar. El monarca sólo era señor de sus propios dominios; en el resto de su imperio era en gran medida una figura ceremonial.
Dentro del feudo o espacio territorial de los señores vivían campesinos que no eran propiedad personal del señor feudal, pero tampoco eran hombres libres sino “siervos”. Los siervos tenían la obligación de entregar parte de su trabajo agrícola y de realizar determinadas obligaciones laborales para su señor.
Para el siglo X la gran mayoría del campesinado vivía una condición de servidumbre. Es decir, los campesinos que ocupaban y cultivaban la tierra no eran sus propietarios. El campesino que era siervo de un señor feudal estaba totalmente sometido a la voluntad de su señor.
En resumen: encima de la masa de siervos se establece una pirámide de señores feudales, en la que siempre un señor feudal debe obediencia y vasallaje al superior, hasta culminar en el monarca, que está en la cúspide de la pirámide social.
El establecimiento de los nobles y terratenientes locales en las provincias por medio del sistema de feudos, así como la consolidación de sus dominios sobre el campesinado, constituyen los cimientos del feudalismo. En este sistema de vida quien posee tierra posee poder y quien no tiene tierra forma parte de la servidumbre.

La Europa medieval como modelo de sociedad rural

En el siglo VIII, cuando los musulmanes bloquearon el mar Mediterráneo, la principal ruta comercial de Europa, el intercambio mercantil y la circulación en Europa se restringieron al grado más bajo que podían alcanzar.
Los primeros indicios del feudalismo en la Europa occidental, en el curso del siglo IX, no son más que la repercusión de la regresión económica de la sociedad a una civilización puramente agrícola.

Sociedad rural medieval

El modo de producción feudal fue aplastantemente agrícola y el comercio se redujo a su mínima expresión.
La vida rural fue controlada por los señores feudales y organizada dentro de sus propiedades, mismas que incluían comarcas campesinas.
En los feudos la economía fue local: producían casi todo lo que consumían y consumían casi todo lo que producían.

TERRITORIO Y CIUDAD MEDIEVAL

Europa se recoloniza a si misma

Así, atenazada desde el norte por los normandos (tras nueva oleada bárbara a territorio romanizado) y desde el sur por los sarracenos (musulmanes), Europa queda sumida a su momento de mayor decadencia económica. No obstante, en su introversión, se produce el renacer de lo religioso y de lo militar, que terminará conformando una alianza de intereses entre los poderes de la iglesia y estado monárquico y que coincidirán en la necesidad de luchar para liberar Europa. La iglesia impone el discurso y los argumentos, los señores feudales las tropas guerreras. Los frentes de batallas son variados pero el gran enemigo común es el Islam.
En medio de esta situación social los habitantes de occidente deben desarrollar sus vidas. El territorio es un gran campo lleno de incertidumbres y se conforma un trueque de seguridad (el señor feudal – iglesia) por trabajo (campesino - siervo). De aquí surge uno de los proto núcleo urbanos que se conforman alrededor de monasterios o bien los castillos.
Con la solidificación de la alianza religioso-militar se arma la estrategia de expulsar al enemigo para recuperar el Mediterráneo, ganar las vías de comunicación perdidas y por lo tanto las vías de intercambio. La táctica fue proponer durante doscientos años, ocho cruzadas bajo el pretexto religioso de llegar al santo sepulcro. Con las Cruzadas Europa se coloniza a si misma, se recoloniza, consigue liberar el territorio tomado por los musulmanes y retoma el Mediterráneo otra vez como centro del comercio europeo.
Como plan de defensa y reconquista del territorio, simultáneamente al modo de reagrupamiento urbano alrededor de un núcleo dominante (castillo o monasterio), aparecen otros antecedentes de generación de ciudad como por ejemplo la cité y el burgo.
La cité que era un centro de protección momentánea controlado por la iglesia, que cumplía el rol protector que el estado no brindaba, y estaba destinado a proteger a la población contra el enemigo bárbaro. Lugar de reunión esporádica, gran espacio vacío rodeado de una muralla de madera y un foso y donde en su interior solo existía un templo y se refugiaban hombres y rebaños.
El burgo es una versión similar de la cité pero eran sobre todo establecimientos militares donde además de la iglesia se encontraba una torre de defensa, graneros, bodegas y la residencia del caballeros.
El éxito de la estrategia política militar-religiosa produjo una paulatina reapropiación del Mediterráneo, y con ella el renacimiento de la economía y por añadidura el de las de la ciudades.
En esta etapa la población aumenta, se incrementa la producción agrícola e industrial, los artesanos y comerciantes buscan agruparse entre sí al margen de la organización feudal y así los pequeños núcleos urbanos devienen en ciudades.
La nueva clase social que se conforma, la burguesía, establece una nueva legislación que la represente. Organiza su poder político (comuna) y se asocia formando corporaciones. Confrontando y aliándose con el poder de la iglesia o de los señores feudales en todas sus variantes, va armando su nuevo camino. Las condiciones están dadas para que se conformen las ciudades estado.

Ciudades Escurridizas

"La ciudad, dice Mario Morini, no es un frío esquema de calles y plazas o un juego de equilibrios espaciales, es la consecuencia de un determinismo histórico, jurídico, económico, religioso y social y prescindir de estos parámetros nos dará una visión incompleta de la ciudad", no obstante, en esta ocasión, nos basaremos en entender la parte formal de la ciudad, detenernos en la conformación de su estructura física. Trataremos de comprenderla y de encontrar los elementos que la componen y la generan, haciendo un recorte intencionado del tema.
Si bien como dice Leonardo Benévolo "la cultura medieval no tiende a establecer modelos formales (pues) sus formas dependen de circunstancias históricas y geográficas" algunos autores se animan a establecer modos de resumir distintos tipos de trazados mas o menos establecidos.
Mario Morini en el Atlas de la Historia del Urbanismo (nótese la denominación del libro, por si misma denota claramente la intención del autor) señala que cualquier encuadramiento o clasificación que hagamos de la ciudad medieval se nos escurre entre los dedos. "La dificultad cronológica, la multiplicidad de causas, los particularismos históricos y jurídicos de cada ciudad , constituye una problemática que no es fácil de resumir."
"La urbanística medieval es una expresión de 10 siglos de historia que de ciudad a ciudad y de región a región tiene desenvolvimientos diversos. Es una creación anónima y colectiva. La ciudad no empieza y termina en si misma, es parte de una red y su desenvolvimiento es parte misma de la historia de Europa en su conjunto."
Sin embargo el mismo Morini hace un denodado esfuerzo tratando de incorporar la mayor cantidad de tipos de ciudades posibles y crea agrupamientos según las mas diversas características de ciudades. Mencionaremos solo algunas:
Del Alto medioevo (hace hincapié en el momento histórico de la formación de la ciudad)

Radial (toma el aspecto formal)
Sobre colina (implantación)
Tentacular (formal)
Envolvente (formal)
Costeras (posición geográfica)
Generadas alrededor de Abadías (nucleares)
Con esquemas preordenados según las regiones (planificadas)

Chueca Goitía toma la clasificación de Luigi Piccitano e indica varios tipos de ciudades. Se basa en los aspectos formales y sus desarrollos en planta, y en una primera aproximación clasifica los siguientes tipos de ciudades:
Radiocéntricas.
Lineales
Cruciales
En escuadra o Planificadas
Nucleares
Binucleares
Espina de Pez
Acrópolis

Y si bien coincide con Benévolo, en que hay tantos tipos formales de ciudades como ciudades mismas, cuando señala que "la variedad de los esquemas planimétricos de las ciudades medievales es inagotable", termina resumiendo la primera clasificación en tres formas:
Irregular
Radiocéntrico (la separa de la primera categoría) y
Cuadriculado o tablero de damas

Otro autor, A.E.J. Morris, por otra parte, crea una clasificación según los orígenes de las ciudades, priorizándolos por sobre los aspectos formales, y separa cinco categorías:
Ciudades de origen romano
Burgos
Ciudades de Crecimiento orgánico a partir de aldeas
Bastidas
Ciudades de nueva planta

Aquí, resumiremos las clasificaciones mencionadas, señalando dos tipos de ciudades medievales:

Orgánicas (no planificadas) y
Planificadas.

Ciudad Medieval y su forma

Peculiaridades de la ciudad medieval
La creación urbana en la edad media, aun siendo un fenómeno generalizado en toda Europa presenta ciertas diferencias en la concepción del diseño urbano. En la Península Ibérica el proceso de creación urbana por la sociedad medieval cristiana fue muy intenso. Las tierras fronterizas ganadas a los musulmanes pronto comenzaron a acoger a población cristiana del norte peninsular generando numerosos núcleos urbanos de muy variado tipo.

Primeramente cabe distinguir entre ciudades de crecimiento orgánico  o espontáneo  y ciudades de nueva planta.

Crecimiento orgánico y planta irregular
Las ciudades que surgen, de forma espontánea, a partir de un primitivo enclave militar o religioso y que aglutinan entorno a sí población en progresión creciente, pueden dar origen  a posteriores ciudades, normalmente con una planta urbana compleja e irregular. En la Península Ibérica tenemos buenos ejemplos de este tipo de resultado urbanístico, que no responde a un diseño preconcebido. Al sur del río Duero se fueron instalando pequeñas poblaciones agrícolas y ganaderas en torno a sus  iglesias en los espacios ganados al poder musulmán. Estas minúsculas poblaciones estaban próximas unas a las otras y cuando se produjo el proceso urbanizador fueron los focos que generaron las ciudades. Ciudades como Salamanca aglutinaban dentro de sus murallas  a 35 parroquias que ocupaban una superficie cercada de 110 Ha. Soria igualmente acogía a numerosas parroquias y su superficie era de 100 Ha. No en todos los casos se pudo recoger dentro de las murallas a todas las aldeas del lugar, en Segovia y Valladolid algunas aldeas quedaron extramuros. Este modelo origina grandes superficies cercadas con un plano complejo, con varios puntos focales y grandes espacios vacíos en el interior. Sigüenza es otro caso complejo que dará origen a un plano polinuclear. Tuvo una pequeña “puebla” junto al castillo, en la parte alta, otra junto a la catedral en la zona media y una tercera “puebla” en la parte baja, en la antigua medina musulmana. Estos tres núcleos formaron la ciudad medieval aunque tardaron muchos años en constituir una unidad espacial.
 Salamanca-montaje
 Izqda.: Plano de Salamanca de 1858. Mantiene el recinto medieval
 Dcha: Foto aérea de Salamanca en 2001. Se aprecia perfectamente el recinto medieval
 siguenza-3
 Siguenza con el castillo medieval

Nuevas creaciones y planta regular
Dentro del grupo de ciudades de planta regular podemos encontrar diversos modelos atendiendo especialmente a su origen.

A) Creaciones medievales sobre planta de origen romano
En primer término nos referiremos a las “nuevas ciudades” herederas de una planta urbana de origen romano. Son “nuevas creaciones urbanas” sobre soportes materiales urbanísticos antiguos. Utilizan el mismo emplazamiento de época romana, mantienen en muchos casos sus murallas y el trazado de las calles, pero incorporan los elementos propios de la cultura medieval, los centros religiosos . Estos ocupan extensas superficies en el centro urbano transformando en parte la retícula urbana romana, generando sus propios parcelarios medievales. En la Península Ibérica encontramos variados ejemplos de este modelo, los mas representativos son León y Zaragoza, en donde todavía hoy, en el parcelario actual se perciben los recintos romanos y la tama viaria.
 ZARAGOZA
B) Nuevas creaciones de planta regular
Se pueden ver ciudades de planta regular especialmente en zonas donde los monarcas tuvieron un especial interés por organizar el espacio con nuevas poblaciones concentradas que les permitía un mejor control del territorio, de sus pobladores y de sus rentas. La implantación urbana en el norte peninsular responde a dicha motivación. En esa zona las ciudades se caracterizan por ser de tamaño mediano-pequeño, algo menos de 10 Ha. pero suplen sus dimensiones individuales con el elevado número de centros  urbanos que se generan. Se crea una intensa red de núcleos urbanos que dinamizan la región. En la zona de Guipuzcoa, Vizcaya, Cantabria, Asturias y Galicia se crean mas de 100 poblaciones urbanas. Es especialmente importante la proliferación de puertos en el Cantábrico


Las nuevas plantas de dichas villas están programadas de inicio. Se trazan los recintos y se parcelan los espacios destinados a las viviendas de los vecinos, dejando muy poco espacio público libre.
Ensanche-San-Sebastian-Plano

Plano de San Sebastián.
En gris, la primitiva villa medieval; en rojo, el ensanche de época contemporánea.
C) Nuevas creaciones de ciudades en el camino de Santiago
Sin que podamos incluir a todas las ciudades que se crean en la ruta o camino de Santiago en un mismo modelo urbanístico hay una tendencia a crear villas y ciudades con un “plano itinerario” como lo define Torres Balbás Son poblaciones creadas en torno al camino con una calle larga y viviendas a ambos lados. Dicho plano según las villas y ciudades prosperan pueden generar calles paralelas y complicar dicho plano, pero siguen siendo reconocibles. Ejemplos de dichas estructuras parcelarias son entre otras, Castrojeriz y Santo Domingo de la Calzada.

 Santodomingo-Calzada
Desarrollo urbano de Santo Domingo de la Calzada
Según Martínez Martínez, Sergio. Santo Domingo de la Calzada. Una ciudad medieval en el camino de Santiago. Najera 2006.

VÍDEOS INTERESANTES PARA LAS RELACIONES EN LA EDAD MEDIA

Para ver clic aquí:

http://youtu.be/9jA20waUNYQ



HISTORIA DOMESTICA DEL MEDIOEVO

Fuente http://www.educahistoria.com/cms/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=25

Autor José Luis de la Torre Díaz
martes, 02 de mayo de 2006

LA COMIDA DE LOS SEÑORES EN UN CASTILLO MEDIEVAL
Las comidas de los señores feudales eran habitualmente banquetes pantagruélicos. La carne de cacería (al contrario de lo que se piensa) no era habitual en los menús diarios. Era la carne de corral, el pescado, las aves y la verdura los ingredientes que formaban parte de los menús habituales. La cocina solía estar situada en el patio, separada del resto de las dependencias para evitar los incendios. Normalmente disponía de un gran fuego de cocina con diversos anexos como el horno para el pan, la frutería, la bodega y un gran almacén donde se guardaban las reservas de comida.
Aunque era grande la cantidad de comida servida no quiere decir esto que todos los comensales comieran de todo. Era como un gran “self service”. Cada invitado elegía los platos que le interesaban. Normalmente las recetas contenían pocas grasas ya que el aceite de oliva y de nueces se utilizaba poco. A diferencia de la actualidad las salsas no se emulsionaban con harina, sino que eran bastante ácidas a base de vinagre y zumo de limón. La sal se utilizaba como conservante, normalmente los cerdos de la matanza de otoño se conservaban en el saladero. Las especies (la pimienta, el jengibre, la canela y la nuez moscada sobre todo) se utilizaban para dar sabor exótico a los alimentos y para disimular el gusto de la carne pasada.
El papel de las viñas era muy importante en toda Europa y la vendimia era una celebración importantísima dentro del calendario agrícola. No obstante, el vino que se utilizaba durante todo el año tenía poca graduación. Al final de las comidas se utilizaba un vino perfumado con miel y especies.
El pan blanco de trigo sólo era utilizado en la mesa del señor feudal. El resto los mortales consumían habitualmente pan de centeno. Los panaderos cocían panes grandes que frecuentemente se utilizaban como plato donde reposar los alimentos que se comen.
La leche y sus derivados no eran de gran consumo por su dificultad de conservación. Por este motivo los productos lácteos más utilizados eran la mantequilla y algunos quesos que se utilizaban en las “gachas” que tomaban los niños y en los postres, como por ejemplo, los flanes. Sin embargo, los ingredientes habituales de los postres eran las frutas del tiempo, especialmente la manzana que se conservaba todo el invierno. Se hacían compotas de higos y ciruelas. Las confituras de almendras y avellanas maceradas en miel (los castillos medievales acostumbraban a tener sus propias panales) eran también postres exquisitos.
Cuando el señor feudal organizaba un gran festín normalmente invitaba a representantes de la nobleza que ocupaban lugares en la mesa según su importancia. La comida se cogía de los grandes platos con el tenedor de dos dientes o con la punta del cuchillo. Estos con frecuencia eran dagas y puñales, Las piezas de carne, a menudo animales asados y servidos enteros, los cortaba el dueño de la casa, el anfitrión, con la espada. No se había inventado todavía la servilleta, el mantel, siempre con caída muy larga del lado de los comensales, servía para limpiarse. Los purés y sopas se comían con la cuchara. Era habitual y bien visto comer con tres dedos de cada mano por lo que antes de comer los comensales se solían lavar las manos. Los recipientes raramente eran de vidrio puesto que eran un material caro y lujoso en las mesas medievales. Normalmente los invitados beben en vasos y copas de metal o maderas nobles.
Según nos cuenta el célebre cocinero medieval francés Taillevent , en las cocinas de la Edad Media las chimeneas eran amplias y altas. Un hombre, generalmente, podía estar de pie sin agacharse, y diez o doce personas podían colocarse alrededor del hogar. El uso de varios fogones divididos en varios compartimentos no era frecuente como en la actualidad. Los alimentos se cocinaban sobre el fuego de la chimenea y se puede comprender fácilmente que esos hogares ardientes no permitieran guisar ciertos platos que había que remover durante la cocción, o que se preparaban en pequeños calderos. Eso se cocinaba con infiernillos llenos de brasas. Los arquitectos del siglo XIII comenzaron a instalar en las cocinas hornillos y también mesas para decorar los platos antes de servirlos.
José Luis de la Torre webmaster de www.educahistoria.com Fecha de publicación: 01 May 2004

CIUDADES MEDIEVALES RECOMENDADAS

RECOMENDAMOS LAS SIGUIENTES CIUDADES POR TENER CARACTERÍSTICAS MEDIEVALES CLARAS Y DE FÁCIL LECTURA EN PLANOS E IMÁGENES.
ESTO NO IMPIDE QUE USEN EDIFICIOS SINGULARES COMO CATEDRALES GÓTICAS, CONSTRUCCIONES ROMÁNICAS O MONASTERIOS, ETC. DE OTRO LUGAR. LO MISMO PARA LA VIVIENDA.
SE RECOMIENDAN CIUDADES PARA LA PARTE URBANA ÚNICAMENTE.  EL TERRITORIO SERA SIENDO TODA EUROPA MEDIEVAL HACIENDO ZOOM SOBRE LA REGIÓN DE LA CIUDAD ELEGIDA.

AIGUES MORTES en territorio francés actual  en 1240
http://es.wikipedia.org/wiki/Aigues-Mortes

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TOLEDO en territorio español actual  periodo de las tres culturas musulmana, judaica y cristiana en el 1080.
http://arquehistoria.com/alfonso-x-y-la-integracion-de-las-tres-culturas-en-la-toledo-medieval-4157


Lübeck en territorio alemán actual en 1143
La Ciudad Hanseática de Lübeck (en alemánHansestadt Lübeck)
http://es.wikipedia.org/wiki/L%C3%BCbeck



SPLIT en territorio de Croacia actual desde el 800 al 1400
http://es.wikipedia.org/wiki/Split

Resultado de imagen para split croacia mapa
Dubrovnik o Ragusa en territorio de Croacia actual desde el 900 al 1400
http://es.wikipedia.org/wiki/Dubrovnik

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Hannover (Hanóver en español) en territorio alemán actual en 1000
http://es.wikipedia.org/wiki/Hannover


AVILA en territorio español actual  periodo entre el 800 y el 1400
http://www.arteguias.com/romanico_ambavila.htm


Ciudad fortificada de Carcasona  también conocida en francés como Cité de Carcassonne en actual Francia, región de la Languedoc- Rosellón muy cerca de la frontera con España.entre el  900 y el 1400
Imagen relacionada

Palacio medieval

Arquitectura de la iglesia en Aviñón.








Arquitectura Francesa Medieval

El Palacio de los Papas de Aviñon es un edificio del medioevo de gran envergadura. Inicia la construcción el Papa Benedicto II en el año 1335, época en que la residencia del pontífice se traslada desde Roma a Aviñón. Esta ciudad se convierte en sede del líder de la iglesia católica. Actualmente sus dependencias albergan a un museo.


Urbanismo Medieval


La ciudad medieval francesa de Carcasone

Toda la cultura europea durante la Edad Media tiene un acusado carácter agrícola. La ciudad medieval es una ciudad amurallada que aparece como lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de los habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado dentro de su área de influencia.
Tras la caída del Imperio Romano y las invasiones bárbaras, aparecen en occidente dos culturas importantes con concepciones totalmente diferentes de ciudad: el mundo islámico y el mundo cristiano, con la religión como centro de la civilización.

Ciudades cristianas

La Alta Edad Media está caracterizada por las sucesivas oleadas de invasiones que se sucedieron hasta el siglo X (los pueblos godos, germanos, musulmanes, vikingos, húngaros), que continuaron el proceso de ruralización y que imponen el feudalismo.
Las villas medievales tuvieron sus orígenes en las formas de explotación de los últimos tiempos del Imperio Romano y en las condiciones que se produjeron a raíz de las invasiones. Durante aquellos tiempos calamitosos, muchos pequeños propietarios prefirieron entregar su tierra a algún propietario poderoso y convertirse en siervos de éste a cambio de recibir su protección.
Así se va imponiendo poco a poco la sociedad feudal, donde un señor, era el dueño de las tierras. Un gran señor podía tener bajo su poder a cientos de villas, mientras que un feudo pequeño podía estar formado por una sola villa. La parte mas importante de la villa estaba formada por la casa señorial que muchas veces era un castillo fortificado.
 
Un vasallo arrodillado ante su señor realiza la inmixtio manum,un ritual que simbolizaba la protección que iba a recibir de él

Pero no sólo los señores feudales eran de condición laica, ya que también la Iglesia podía poseer tierras; muchos señores feudales también eran obispos.
Las ciudades tenían órganos de gobierno. Los ayuntamientos, castillos y las catedrales eran los edificios más importantes y eran el eje del gobierno de la ciudad, con lo cual los nobles feudales y obispos eran los encargados de dirigir las ciudades, prestaban homenaje a su rey y recaudaban impuestos.
Las ciudades cristianas no eran demasiado grandes y no tenían una desvinculación muy grande del campo, de hecho, muchos de sus pobladores se dedicaban a tareas agrícolas. Esto se debe a que los dos mundos, urbano y rural, están muy vinculados ya que uno depende del otro.
 En la baja Edad Media la situación variará. Las Cruzadas acercan a occidente y oriente, lo que favorecerá al comercio. Esto supondrá que las ciudades dejen de ser autárquicas y autosuficientes para pasar a comerciar y especializarse. Todo este proceso comenzó en Italia, donde llegaban productos de oriente, como la seda y las especias. Allí, la cantidad de bienes traídos desde oriente llego a ser tan grande que el comercio se fue extendiendo hasta cruzar los Alpes.

Un segundo sistema de comercio internacional se desarrolló en los mares del norte, de modo que la lana inglesa y paños flamencos eran llevados en barco por el Mar del Norte y el Mar Báltico a los puertos escandinavos y bálticos donde eran intercambiados por cueros, pieles, granos y madera.
Dentro de la ciudad existía un derecho jurídico llamado fuero que concedía a los villanos el privilegio de ciertos oficios, exenciones y obligaciones fiscales, y la celebración de ferias y mercados. Muchas veces se creaban ciudades donde la concesión de un fuero presentase una ventaja sobre el medio rural y favoreciese a la población de la urbe, tal es el caso de los cruces de caminos de los grandes ejes económicos, como el Camino de Santiago, los ríos navegables, la desembocadura o en el límite de la navegación, como por ejemplo en torno al Sena o en el Rin.
 
 La ciudad de León aprovechó la estructura romana.
Los elementos urbanísticos de estas ciudades van a ser heredados de los romanos y griegos. Se caracterizan por estar amuralladas, sus calles estaban organizadas de forma ortogonal, a pesar de que en algunas ocasiones se adaptaban al terreno y pueden parecer irregulares.
Las viviendas: las casas son muy humildes y no tienen sistemas de saneamiento, por lo que la vida se realiza en las calles y espacios públicos, como mercados, iglesias y plazas que se construyen en algunos casos porticadas para resguardar a la población de las inclemencias del tiempo.
Los barrios: dentro de las ciudades había segregación funcional. La ciudad estaba dividida en barrios y parroquias y en cada barrio o calle se agrupaban los diferentes oficios y gremios que controlaban la producción, la venta, los precios de los productos, la calidad y tenían ciertos privilegios. Hoy día existen calles como: la calle tinte, calle paños, calle zapateros, calle herreros; llamadas así por agrupar en el pasado a los distintos trabajadores de cada uno de los gremios en una calle determinada.
El mercado: en todas las ciudades se daba la existencia de plazas, en ellas se instalan los mercados y las ferias. En torno a la plaza se construían los edificios más importantes de la ciudad, como la Iglesia o la Catedral, el ayuntamiento, las casas gremiales, etc... Sin embargo el mercado no es permanente, el día a día de los ciudadanos estaba dedicado a cultivar la tierra y trabajar, y sólo en los días de fiesta se abrían los mercados. Aunque se podía ir a comprar los artículos de consumo a los productores, en sus barrios o calles.
 
Murallas de la ciudad medieval de Ávila.
Las murallas: el rey castellano Alfonso X El Sabio, definió la ciudad como un lugar cerrado por una muralla. Desde este momento la mayoría de ciudades se amurallan, tanto por motivos defensivos como con el fin de colocar una frontera territorial y judicial para los distintos fueros. También sirvieron para controlar la percepción de los impuestos de paso: portazgos, pontazgos y derechos de almacenaje. La muralla ,que al principio estaba un poco alejada de las casas para facilitar la defensa, pronto fué alcanzada por los edificios que incluso se podrían adosar a ella. La muralla imponía los límites de la ciudad, por ello las calles se fueron estrechando y se hicieron más irregulares, ya que todo el mundo quería vivir dentro para aprovechar sus fueros y no tener que pagar cada vez que se entrara a la ciudad. Aún así, cuando la ciudad no podía soportar más población, continuaron construyendo barrios fuera del recinto amurallado, llamados arrabales.

Como hemos dicho, en teoría la idea de la ciudad en la Edad Media es ser ortogonal, pero debido a las diversas ocupaciones y a la organización inicial de cada núcleo, conforman, con el paso del tiempo y la colmatación urbana, una ciudad irregular.
Con todo esto, podemos señalar distintos tipos de planos de las ciudades medievales cristianas:
 
 Lúbeck, modelo de ciudad medieval lineal.
1.Las ciudades lineales o de camino, que se caracterizaron por su arcaica estructura: en ellas se confunden el camino y la calle. En estos casos podemos empezar a hablar de ciudad con la construcción de murallas y el trazado de calles perpendiculares a la principal.

2.Las ciudades de planta rectangular, ortogonal o de bastidas, que presentaban ya una estructura más compleja de carácter ortogonal. Además, estaban divididas en parroquias, y presentaban cierta jerarquización social del espacio.
 
Ávila, modelo de ciudad rectangular.

3.Las ciudades circulares, que estarían en torno a un Castillo o en algunos casos, a una iglesia parroquial o la Catedral, que afectan notablemente al trazado de las calles haciéndolas circulares.
 
Aviñón, una ciudad circular, construida en torno al Castillo Palacio de los Papas

En cuanto a población, las ciudades cristianas no eran demasiado grandes. La mayoría no supera los 15.000 habitantes. Algunos ejemplos de ciudades de este tipo son: Constantinopla (seguía siendo la ciudad más poblada cristiana por encima de París o Roma), Venecia, Pisa, Lübeck, Colonia, Brujas, Marsella y Valladolid.

La ciudad medieval.



Según Jacques Heers la ciudad medieval no responde a un modelo único, cada ciudad es distinta a las demás, tiene sus propias características fruto de "una personalidad continua, constantemente renovada y en definitiva nunca concluida".
Es cierto que ni las motivaciones creadoras, ni el papel desempeñado en los entornos donde se ubican, ni el desarrollo o crecimiento que alcanzan es similar para todas ellas. Sin embargo, las ciudades, por muy diferentes que sean entre sí, tienen todas ellas elementos comunes que las definen como tales y las distinguen de otras realidades.

Ciudad medieval

En primer lugar, el origen de su creación suele ser un documento fundacional redactado por el monarca o señor del territorio en el que quedan establecidas las condiciones de la relación que va a establecerse entre él y los pobladores del nuevo lugar.
En segundo lugar, se elige para su establecimiento un emplazamiento deshabitado en el que crean un hábitat concentrado y cerrado en contraposición con el sistema abierto y disperso del mundo rural.
La combinación de estos dos elementos genera una realidad espacial, jurídica y social totalmente diferente al entorno en el que se ubican.
El desarrollo del documento fundacional que establece los privilegios del nuevo grupo social, creará una sociedad totalmente diferente: en cuanto a sus libertades personales; en cuanto a sus actividades económicas, que dejan de ser exclusivamente agrícolas para poder dedicarse a los trabajos artesanales y al comercio; y en cuanto a su autonomía, ya que tendrán la capacidad de autogobernarse por medio de la elección de sus cargos concejiles.
No obstante estas desigualdades sustanciales, el nuevo grupo urbano siente la necesidad de acrecentar las diferencias dejando bien patente, desde el punto de vista físico, y espacial, que quieren ser otra realidad.
Para ello construyen sus viviendas agrupadas en un espacio que cercarán de inmediato para protegerse de los enemigos y también para diferenciarse y no confundirse con los no privilegiados.
Hacia el siglo XI ya había desaparecido el terror de los bárbaros. Tras siglos de una economía rural de subsistencia, la mejora de las cosechas empezó a producir excedentes.
Siempre que hay excedente agrícola se desarrollan dos actividades: el comercio y la especialización (división del trabajo). Ésta última es la que caracteriza a los poblamientos que llamamos ciudades.
A diferencia de las ciudades antiguas (que se organizaban alrededor de los que sabían algo esencial para la supervivencia de los demás), lo que ocurrió en la Edad Media es que los comerciantes, artesanos, etcétera acudían a los castillos de los señores, abadías u otros donde se habían acumulado las riquezas procedentes de las rentas feudales.
Los comerciantes y artesanos se agrupaban sin orden en las proximidades de los castillos. Estos nuevos barrios se empezaron a llamar burgos y a sus habitantes, burgueses.
La burguesía constituye una nueva clase social cuya riqueza no está ligada a la posesión de tierras. Esto acabaría provocando la crisis del feudalismo.

Los artesanos

La palabra artesano designa a la persona que ejerce un arte práctico (que, a diferencia de las bellas artes, cultivadas por los artistas, sirve para remediar alguna necesidad material). O sea que lo artesano no tiene nada que ver con la salud (no es que hubiera artesanos que gozaban de buena salud y artenfermos con gripe).
Como la emigración a las ciudades era un poco caótica y la mentalidad de la época un poco timorata, los artesanos del mismo oficio solían establecerse en la misma calle. Por eso las calles de los cascos antiguos suelen llamarse de los plateros, de los tintoreros, de los zapateros.

Los gremios

Esta mentalidad poco lanzada que comentamos, provocó que los artesanos se agruparan en los gremios que, por un lado, defendían sus derechos, atendían a las necesidades de los agremiados (huérfanos y viudas). Por otro lado, el gremio regulaba totalmente la actividad de los artesanos impidiendo de hecho cualquier iniciativa.
En el taller-casa vivían los aprendices, que empezaban a aprender el oficio a los siete años. A cambio de su trabajo (bastante duro, por cierto), el Maestro les mantenía, pero no les pagaba sueldo. Cuando el aprendiz dominaba el oficio, el gremio le hacía una prueba y, si la superaba, pasaba al grado de oficial. Entonces ya podía cobrar un pequeño sueldo.
Con el paso del tiempo, si era capaz de hacer una obra maestra, el gremio le nombraba maestro y entonces podía establecerse por su cuenta.

Gremios con origen medieval

Las garantías de la seguridad social, las vacaciones pagadas, seguros de desempleo, pensión de jubilación, etcétera son logros muy posteriores (en algunos casos habrá que esperar hasta el siglo XX).
En esa época no había más fiesta que los domingos. Se trabajaba entre 12 y 16 horas al día.

Urbanismo en la Europa medieval

Toda la cultura europea durante la Edad Media tiene, como dijimos, un marcado carácter agrícola. La ciudad medieval es una ciudad amurallada que aparece como lugar cerrado dentro del paisaje agrícola y forestal, sirviendo de fortaleza defensiva y refugio de sus habitantes y campesinos del entorno, a la vez que constituye el mercado del área de influencia.
En el burgo tiene lugar el surgimiento de actividades distintas a las agrícolas, que favorecen el florecimiento de una economía monetaria y la especialización de los trabajos, constituyendo un marco heterogéneo donde el hombre rural se libera de sus dependencias ancestrales gracias al anonimato y a las posibilidades que ofrece la ciudad como centro de producción de los distintos saberes de la época.
Las universidades juegan ahora un papel destacado en el desarrollo de la cultura que se refleja en las ciudades, sobre todo en los conjuntos urbanos que aparecen junto a estas universidades.

Aproximaciones a la Ciudad Medieval

No existe una sola historia. Existe un entretejido de historias que incorporamos en nuestras vidas como una malla, que tiramos de un lado, que la vamos acomodando según nuestras necesidades, nuestras inquietudes, nuestra cultura, nuestras edades. La historia es un "continuum". Las divisiones que se realizan en ella son siempre artificiales. La partimos para comprenderla. La separamos, la diseccionamos una y otra vez para poder estudiarla. La dividimos entre una edad y otra para poder asirla. Pero siempre la recortamos según objetivos preestipulados, nada ingenuos.
La historia es una construcción operativa. (Jacques Le Goff ) Y hablamos de construcción y no de reconstrucción pues en el primer caso nos permite pensar que estamos frente a propuestas teóricas, interpretaciones personales, operaciones intelectuales que crea el historiador, mientras que el segundo concepto nos induce a creer que existió una realidad objetiva que el historiador la recoge tal cual fue y la expone en palabras. En definitiva en Historia son tan importantes los hechos como el cómo se dice y el quién lo dice.
El nombre "Edad Media" se instala en el siglo XVII, fundamentalmente para afirmar la época de "la razón" (su razón) por sobre la "edad de las tinieblas". Es un nombre ideológico para manifestar algo que estaba entre el medio de la antigua civilización y la edad moderna.
La Edad Media como concepto, unifica distintos acontecimientos es un mismo espacio-tiempo y diversidades culturales en un mismo espacio geográfico. Como hilo de collar es aquello que va uniendo 1000 años de disgregación, que lo unifica bajo un texto con toma forma de un cuerpo único.
¿Cuándo empieza la Edad Media? Comienza en el impreciso momento en que los bárbaros invaden la Europa romanizada. (la periodización mas aceptada en los libros de historia habla del año 476 cuando Odorico -Rey de los hérulos- depuso a Rómulo Augústulo emperador formal del Imperio Romano de Occidente) ¿Y cuando termina? El consenso histórico indica que termina con la caída de Constantinopla en manos de los Turcos (en 1453) aunque algunos historiadores señalan la fecha del descubrimiento de la imprenta (1450) como la finalización del período, otros del descubrimiento de América (1492) y otros el principio de la rebeldía de Lutero (1517).

Historia y Territorio

El primer período de la Edad Media tiene dos protagonistas esenciales: Corte (Imperio) – Clero (Iglesia) donde el feudalismo se fue transformando en el sistema político reinante. El segundo periodo, está dominado por un nuevo sector social, novedoso en la historia: la burguesía donde se crea un nuevo orden jurídico basado en las leyes del comercio.
Durante el Imperio Romano, el Mediterráneo era centro de occidente, garantizaba su unidad política y económica (Pirenne). A comienzos del Siglo V irrumpen en occidente, pueblos que ocupan el espacio dominado por el viejo imperio y transforman sus provincias en reinos germánicos. Se rompe así el equilibrio de fuerzas entre germanos y romanos.
La visión dominada por lo romano hace que resumamos y le demos un nombre común a las distintos pueblos que cuestionan el status quo reinante y que llamemos Invasión a un corrimiento inmigratorio masivo. Esta expansión bárbara no es una cosa homogénea, distintas etnias toman diversos lugares de Europa. Visigodos en Aquitania y España, Burgundios en el Valle del Ródano, Ostrogodos en Italia, etc
El objetivo de los vencedores era el mar, ese mar que dominaban los romanos. Y lo consiguen. El Mediterráneo, y todo el espacio antes dominado por el Imperio Romano, se barbariza aunque no se germaniza.(Pirenne) La estructura del imperio romano, aunque mas pobre, sigue intacta. El Mediterráneo sin la misma fuerza que antes continúa estando en mano de la Europa Occidental ahora barbarizada.
La disputa por el territorio, que no es otra cosa que la disputa por la subsistencia, produce permanentes guerras. La inseguridad está a la orden del día, la miseria es moneda corriente y reina la anarquía. Todo esto, sumado a la propagación de epidemias, fue degradando la fisonomía de base romana.
Las poblaciones de las ciudades se diseminan, se puebla el espacio rural y las ciudades pasan a ocupar un puesto marginal en el contexto occidental. Las poblaciones que continúan residiendo en las otrora ciudades del Imperio Romano se adaptan a las nuevas circunstancias históricas. Restringen ciertas zonas de la ciudad. Las limita con nuevas murallas adecuadas a las nuevas circunstancias y adopta antiguos edificios públicos como teatros, termas, anfiteatros, como su lugar de morada.
No obstante, a pesar de su decadencia, las ciudades siguen siendo los centros de la actividad económica de los campos circundantes, los domicilios invernales de los grandes hacendados y los eslabones del comercio marítimo. Por ejemplo Marsella, Nimes, Burdeos siguen manteniendo su actividad comercial tras las invasiones germánica. O sea la organización económica del mundo, sin ser lo que era bajo el Imperio Romano, sobrevivió a la fragmentación política. Las ciudades occidentales importantes, perduraron bajo la influencia bizantina, como fueron los casos de Rávena, Nápoles y Roma, es que aún la navegación vinculaba Constantinopla, con Siria, Africa, Egipto, Italia y España, los impuestos (telonios) se recogían en Fos, Arles, Avignon y se realizaban ferias como la de Saint Denis donde intercambiaban comercialmente diversas regiones de Europa.

por Arqto. Nicolás Fratarelli

Revista CONTRATIEMPO http://www.revistacontratiempo.com.ar/fratarelli_ciudad_medieval.htm




TECNOLOGÍA DE ARMAS EN EL MEDIOEVO

LA BALLESTA:
La necesidad fue la que creó este arma y es que la guerra exigía un arco más potente, capaz de perforar las cada vez mejores protecciones metálicas de los caballeros. Las soluciones pasaban por el arco compuesto o el arco largo pero las dificultades técnicas de construcción del primero y los diez o quince años necesarios para entrenar a un arquero competente para el segundo, favorecieron la búsqueda de una alternativa. Así, la solución fue la ballesta.
Aparece aproximadamente en el siglo X, en la guerra de asedio en el Norte de Francia y rápidamente se extendió por Europa. Tal vez los normandos ya la empleaban en 1066, asombrando a los bizantinos en 1096 que desconocía por completo este arma.

Las primeras ballestas medievales eran artefactos muy primitivos. Se tensaban apoyando el arco, de tipo simple, en el suelo y sujetándolo con los pies, al tiempo que con las dos manos se tiraba de la cuerda hasta sujetarla en la muesca de un primitivo disparador en forma de palanca que empujaba la cuerda, liberándola. Ya en la segunda mitad del siglo XII, las ballestas eran lo suficientemente potentes como para que se pudieran tensar con la mano, con lo que se tuvo que introducir el estribo, una pieza sujeta a la cureña en el que se introducía el pie para sujetar el arco. Enseguida aparecieron sistemas mecánicos para tensar las cuerdas basadas en el principio del torno.





La ballesta se compone generalmente de un armazón de madera, llamado cureña o tablero, en el que esté montado un arco, verga, formado por ballenas por láminas de acero templado. El arco se tendía por medio de un mecanismo de rueda dentada y cremallera que movía un manubrio, aparato que se quitaba para tirar. La cremallera tenia un gancho en el que se afianzaba la cuerda, y una vez enganchada ésta, se asocia girar el manubrio en sentido contrario paro armar la ballesta. La anilla de hierro en que, termina la ballesta se llama estribo, el soldado metía el pie en ese estribo para tender el arco. La ballesta era más precisa que el arco y daba a la flecha mayor fuerza de penetración; pero el tiro era mucho más lento y el alcance no era superior al de aquel.

ALGUNAS CURIOSIDADES SOBRE EL BAÑO MEDIEVAL

http://paseandohistoria.blogspot.com/2009/02/la-higiene-en-la-edad-media.html

La concepción generalizada es que en la edad media las personas no tomaban baños y vivían en un estado de completa suciedad, sin embargo parece que al menos en parte, esto es un mito. Historiadores señalan que durante la mayor parte de esta época existió (al menos en las ciudades) una actitud positiva hacia el baño, al que se otorgaban virtudes terapéuticas, si bien no tanto como ocurría en los tiempos de gloria de la Roma imperial y sus grandes termas.
Los baños públicos florecieron en las grandes ciudades europeas en el siglo XIII, y para el siglo XV ya eran algo normal en pueblos medianos. Contrario a las elaboradas instalaciones de los baños romanos o árabes con grandes albercas comunes de distintas temperaturas, los baños medievales usaban tinajas de madera con agua caliente en las que cabían dos o tres personas.
Baños medievales
De hecho, muchas de las ilustraciones medievales que sobreviven en nuestros días muestran a la gente tomando baños comunales, y algunas otras muestran que también eran comunes las mesas con comida y bebidas junto a las tinas o encima de ellas para comer mientras se tomaba el baño.
Para mediados del siglo XIII, los baños públicos eran tan numerosos en París que los estuviers, o propietarios, formaron su propio gremio. La popularidad de estos baños públicos desencadenó otras actividades. De hecho, la palabra en inglés stew, cuya una de sus acepciones significa burdel, proviene del francés etuves, o baño público. En el siglo XV estos términos eran considerados sinónimos en varias ciudades de la Europa medieval.
El baño era también una parte importante en los rituales de los caballeros medievales. Para su nombramiento, el candidato debía bañarse antes de pasar la noche en oración, con la finalidad de que estuviera corporal y espiritualmente purificado antes de convertirse en caballero.
La actitud de la iglesia hacia el baño no era positiva, lo condenaba ya que lo veía como un lujo innecesario y pecaminoso. Estudiosos también señalan que esa actitud proviene en parte de los primeros cristianos, donde los ascetas y eremitas evitaban el baño como un modo de autoflagelación. Es probable que de documentos religiosos que condenaban al baño es de donde proviene la actual concepción de que la gente de la edad media no se bañaba.
Parece ser, sin embargo, que la sana costumbre del baño se vino abajo de la mano de las grandes epidemias medievales, cuando comienza a pensarse que el agua es la culpable de los contagios entre los cuerpos, porque a través de los poros de la piel se podía acceder a todos los órganos. Empieza entonces la época del baño “en seco”, restringiéndose el uso del agua a manos y cara. Esta situación se mantendría hasta casi el siglo XIX.
Necesidades fisiológicas
La orina humana en la edad media tuvo muchos usos. Esta era recogida en vasijas (dispuestas en las calles y en los rellanos de las escaleras) y se utilizaba en las lavanderías (por su alto contenido en amoniaco). La blancura de las lanas y los linos de senadores, emperadores, reyes, nobles y caballeros procedía de los orines de los pobres, los siervos y los campesinos.
Por muy desagradable que parezca, en la edad media la orina también era empleada para la higiene bucal: los europeos de esa época se lavaban la boca con sus propios orines. Los iberos, por ejemplo, almacenaban su orina en recipientes, la dejaban reposar un tiempo y luego tomaban pequeñas cantidades para su uso como dentífrico. Los romanos adoptaron esta costumbre, aunque como eran un poco más finos, mezclaban la orina con piedra pómez y colorantes para hacer más llevadero el enjuague.