miércoles, 24 de agosto de 2022

Andrea Palladio

Andrea di Pietro della Gondola (Padua, 30 de noviembre de 1508 - Vicenza, 19 de agosto de 1580) fue un arquitecto véneto del renacimiento. Más conocido como Andrea Palladio, trabajó en el norte de Italia en Venecia y sus alrededores. Sus villas campestres y otras obras influyeron de manera importante en el Neoclasicismo. En Padua, cuando contaba apenas trece años, entra como aprendiz en el taller de un cantero. Tres años más tarde se traslada a Vicenza, donde se establece durante un largo periodo completando su aprendizaje en los talleres de Giovanni da Pedemuro y Girolamo Pitón, ambos tallistas y autores de numerosas esculturas y monumentos de la ciudad. Palladio inicia su carrera como arquitecto hacia 1537. En 1538 comienza a trabajar para Gian Giorgio Trissino, noble humanista, intelectual y arquitecto aficionado, con quien colabora en algunas obras que se estaban realizando en su villa. Trissino acoge a Palladio como discípulo, lo que le permite estudiar obras como el tratado de Serlio, publicado a partir de 1537, gracias a las que adquirió sus primeros conocimientos sobre las construcciones de la Antigüedad clásica. También le puso en contacto con artistas, entre ellos el arquitecto Alvise Cornaro, que había desarrollado un extenso y original corpus teórico e investigador sobre temas relacionados con la agricultura y la arquitectura y cuyas pragmáticas propuestas de edificios hortícolas se consideran posibles predecesoras de las villas que más adelante proyectaría Palladio. Trissino fue además quien le dio el nombre por el que actualmente se le conoce (derivado de la diosa de la sabiduría, Pallas Atenea) y el que le presentó a los aristócratas e intelectuales con los que luego formaría parte de la Accademia Olímpica. Sus primeras obras fueron en su mayoría villas, ejecutadas en el entorno de la ciudad de Vicenza por encargo de los nobles con quienes Trissino le había puesto en contacto. Las villas, diseñadas para un uso vinculado estrechamente a las labores del campo, se encontraban muy alejadas de la opulencia de las casas de ocio y los jardines de Roma y Florencia, pero, a cambio, Palladio las dignificó empleando procesos de diseño hasta entonces solo inherentes a edificios nobles y templos, como el cuidado sistema de ejes y proporciones que ordenaba tanto la fachada como las dimensiones de cada estancia o el uso de determinados elementos arquitectónicos y ornamentales, además de un cuidadoso estudio del emplazamiento. Todo ello le supuso una gran libertad creativa, que devino en su rápida madurez como arquitecto, al experimentar con el lenguaje arquitectónico clásico en busca de un perfil propio que empezaría a hacerse reconocible poco tiempo después, en la década de los cuarenta; ejemplos de este periodo serían la Villa Pisani (1542-), la Villa y el Palazzo Thiene (1545 y 1542 respectivamente) y, ya finalizando la década, la Basílica de Vicenza (1549). Fue ésta la primera de sus grandes construcciones civiles, una intervención en un edificio ya existente en la ciudad, que servía de sede del Senado y que Palladio renovó rodeándolo con una logia continua de dos pisos; la columnata exterior, combinación de arcos de medio punto y columnas y pilastras de distintas alturas, considerada muy representativa del estilo del autor, reúne sutiles referencias a la obra de otros arquitectos contemporáneos suyos y, por supuesto, a la de Serlio. A partir de ese momento, y en las décadas siguientes, la actividad constructiva de Palladio se incrementó notablemente, comenzando su etapa más productiva y apareciendo además en su trabajo nuevas tipologías que le permitirían intervenir en el entorno urbano: surgen entonces muchos de sus más importantes proyectos en Vicenza, como el Palazzo Chiericati, de 1550, el Palazzo Valmarana (1565-1566) y algunas de sus principales villas, como la Badoer (1556-), la de Daniele Barbaro en Maser (1557-1558), la Foscari en Malcontenta (1559-1660) y la Rotonda (1566-1570), una de sus más célebres creaciones que, en su tratado, Palladio incluyó entre los palacios al no considerarla una villa propiamente dicha por su situación semiurbana. Ésta es también la época en la que desarrolla el referido tratado, una labor de varios años cuyo borrador ya estaba listo en 1555 pero que no vería la luz hasta 1570. Ese mismo año Palladio se trasladaría a Venecia como consecuencia del gran número de trabajos que le encomendaron en la ciudad; interesado desde hacía mucho tiempo por construir en ella, incluso había desarrollado para la misma algunos proyectos no realizados (tales que varios palacios y un diseño para el puente de Rialto, cuyos dibujos quedaron incluidos en el tratado), mas los encargos que entonces recibió fueron pocos debido casi siempre a la competencia de Sansovino, el “arquitecto oficial” de la urbe; su muerte, acaecida en 1570, propició al fin el traslado de Palladio, quien, no obstante, había empezado a levantar en Venecia algunos años antes sus primeras edificaciones religiosas, como el claustro de Santa María Della Caritá (1560-1561), el ábside y la bóveda de la catedral (1565) y la iglesia de San Giorgio Maggiore (1565), en la que el artista, tal y como había hecho antes en las villas, experimentó nuevas formas y composiciones, esta vez aplicadas a la tipología del templo, trabajando con la plasticidad de los muros como elementos definidores del espacio, con la distribución de la planta de acuerdo a las nuevas liturgias, la simplificación del ornamento interior - reducido a los elementos arquitectónicos - y la disposición de la fachada mediante su característica superposición de órdenes que más tarde repetiría en Il Redentore. La última década de la vida de Palladio estuvo marcada por esa estrecha relación con Venecia, así como por algunos otros acontecimientos de su vida personal que dejaron en él una profunda huella: la muerte en 1572 de dos de sus hijos, Orazio y Leonida, transformó de forma notable su carácter, haciéndolo más reservado, disminuyendo su participación en la vida pública y social y también su interés por la escritura. Quizá fuera ésta la causa de que finalmente Palladio no completara su tratado con nuevas aportaciones, como parece que era su intención, y desde esa fecha la única publicación en la que participó fue la traducción de 1574-75 al italiano (atribuida a Baldelli) de los Comentarios de Cayo Julio César, cuyas ilustraciones eran obra del arquitecto y sus dos hijos fallecidos. En cuanto a su obra construida, en esos postreros años llevaría a cabo, entre otros trabajos, Le Zitelle (1579-1580) y la iglesia de Il Redentore en Venecia (1576-1577), en la que, como ya se ha apuntado, Palladio continúa y perfecciona muchos de los procedimientos ensayados en San Giorgio. También proseguiría su actividad en el entorno de Vicenza, donde construyó la pequeña capilla en Maser (1579-1580), un reducido templo de planta centralizada con una evidente influencia del Panteón romano; lo hizo asimismo en la propia ciudad, donde, además de algunos palacios, comenzó uno de sus proyectos más singulares, el Teatro Olímpico. El edificio, encargado como teatro permanente en 1579 por la Accademia Olímpica, como ya se ha mencionado, fue diseñado por Palladio como una reconstrucción erudita, con muchas connotaciones arqueológicas, del teatro romano antiguo, en la que empleó los conocimientos adquiridos en sus viajes al igual que lo aprendido en la lectura del tratado de Vitruvio, y distanciándose de la tendencia que ya se desarrollaba en otras zonas de Italia, donde proliferaban las salas rectangulares. Inconclusa, ésta sería su última obra, pues, poco tiempo después de iniciarse su ejecución, fallecía en Vicenza a mediados de agosto de 1580 IMAGENES en https://www.urbipedia.org/hoja/Andrea_Palladio

Michelangelo Buonarroti, el artista total

Algunas páginas interesantes

https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20190429/461871472671/leonardo-da-vinci-500-aniversario.html https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20190429/461869968127/leonardo-da-vinci-whatsapp.html https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20190429/461941634103/leonardo-da-vinci-secretos-pinturas-bocetos.html https://www.arteespana.com/renacimiento.htm

El nacimiento del Estado Moderno en 15 minutos

El Renacimiento (Quattrocento)

El Renacimiento en Europa

¿Qué fue el Renacimiento?

El Renacimiento fue un movimiento artístico-cultural que, desde Italia, se extendió por Europa Occidental a partir del siglo XV. Fue la manifestación cultural de un cambio en la mentalidad europea que pasó de una concepción de mundo teocéntrica, propia del periodo medieval, a una antropocéntrica. Este cambio, manifestado en la corriente filosófica humanista, se considera el inicio de la Edad Moderna. El pensamiento antropocéntrico ponía énfasis en la facultad humana para acceder al conocimiento del mundo a través de la razón. En este sentido, las personas del Renacimiento se consideraban herederas de los valores de la cultura griega y romana. El concepto de «renacimiento» hace referencia a la recuperación de esos valores clásicos luego de la Edad Media. Se suele dividir el Renacimiento artístico en dos momentos: El Quattrocento, o Primer Renacimiento: desde 1400 hasta 1480 aproximadamente, tuvo como centro a la ciudad de Florencia. El Cinquecento, o Alto Renacimiento: desde 1480 hasta 1520, que se centró en Roma desde donde se extendió por Europa.
La creación de Adán, forma parte de la decoración de la bóveda de la Capilla Sixtina realizada por Miguel Ángel Buonarroti entre 1508-1512. Características del Renacimiento Entre las principales características del Renacimiento podemos destacar las siguientes: Se desarrolló un espíritu crítico con pretensión de conocer científicamente la realidad. Esto se manifestó en todas las artes y en el modo de concebir la relación de las personas con el mundo. Se inició en la ciudad italiana de Florencia y desde ahí pasó primero a las demás ciudades italianas, especialmente a Roma y Venecia y luego al resto de Europa. Adquirió gran importancia el concepto de individuo. Se manifestó mediante la búsqueda de trascendencia personal a través de las propias obras ya sea como creador, en el caso de los artistas; o como protector y brindando apoyo material a los artistas en el caso de los mecenas. El arte fue al mismo tiempo naturalista e idealista. Los artistas pretendían representar el mundo real tal como se veía, pero al mismo tiempo querían mostrar solo su belleza Para lograr representar sobre la superficie plana del cuadro o la pared la tridimensionalidad del mundo real desarrollaron técnicas, como la perspectiva que daba sensación de espacio y el claroscuro, que permitía dar volumen a los cuerpos. Los artistas se transformaron en intelectuales con conocimiento de matemática, geometría y óptica para resolver los problemas de la perspectiva; de anatomía para representar el cuerpo humano; así como de literatura, filosofía y teología para darle interés a los temas de sus obras. En literatura, se tomaron temas y personajes propios de la antigüedad clásica. Al mismo tiempo, las formas adquirieron tanta importancia como los temas los temas tratados. Origen del Renacimiento Su origen se remonta a Florencia, Italia, al año 1400 en donde se gestó una intención de transformar y evolucionar el arte en Europa, el cual para este momento conservaba el estilo medieval. De esta manera, el arte renacentista dejaría de presentar en sus obras tan solo el material religioso y comenzaría a plasmar el arte en torno al ser humano, a sus deseos, sentimientos y deleites. Este movimiento artístico generó un nuevo abanico de estilos, tales como la creación de retratos, las obras al desnudo y los cuadros de mitología y paisajes. El Renacimiento dio lugar a una nueva era artística pero también a una nueva era cultural, ya que desde aquel momento se empezaron a construir palacios, universidades y ayuntamientos, cuando anteriormente tan solo se construían iglesias. Aunque sus cambios fueron lentos y rigurosos, finalmente se logró el cometido y hubo un cambio significativo en el arte, transformación que brindó innovación y progreso, consecuentemente, al campo social y científico. Causas del Renacimiento Entre las causas que impulsaron la aparición y la difusión del Renacimiento se pueden mencionar: La expansión del comercio a partir el siglo XIII favoreció el desarrollo urbano y el surgimiento de una rica burguesía comercial, financiera e industrial, muy interesada en la adquisición de conocimientos y en el consumo de obras de arte. La prosperidad de las ciudades italianas, que se manifestó en la construcción de nuevos edificios y monumentos. La aparición de los mecenas. Estos eran personas poderosas y adineradas que protegían a los artistas y les daban apoyo económico. En el período renacentista los mecenas más importantes fueron la Iglesia católica, los banqueros y grandes comerciantes italianos y, fuera de Italia, los reyes y sus cortes. El desarrollo de las universidades que estimularon la recuperación del pensamiento grecolatino y la difusión del humanismo. La invención de la imprenta, que facilitó la difusión de las ideas humanistas. Renacimiento y Humanismo Artículo principal: Humanismo. El Renacimiento aprovechó el ímpetu del hombre y lo trasladó al desarrollo de las ciencias y la modernidad. El Humanismo, primero, había sembrado las bases para que el hombre se colocase y pensase como un ser intelectual y capaz de realizarse a través de las artes y las ciencias. Ambas corrientes se formaron en torno a las capacidades del ser humano en cuanto al arte, la filosofía y la ciencia. El Renacimiento aplicó las capacidades humanas directamente sobre el campo intelectual y artístico. En definitiva, el Renacimiento en conjunto con el Humanismo determinaron una nueva concepción del mundo y del hombre. Artistas del Renacimiento Entre los principales artistas protagonistas del movimiento artístico renacentista se encuentran los siguientes: Filippo Brunelleschi (1377-1446): arquitecto florentino. Se lo considera el inventor de la perspectiva matemática. Sandro Botticelli (1445-1510): pintor italiano nacido en Florencia. Algunas de sus obras más reconocidas son «El nacimiento de Venus» y «La primavera». Leonardo Da Vinci (1452-1519): pintor, arquitecto, escultor, ingeniero, inventor y destacado por su conocimiento de la ciencia. Entre sus obras se destaca «La última cena» ubicada en el refectorio del convento de Santa María de las Gracias en Milán. Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564): arquitecto, pintor y escultor italiano. Desarrolló su carrera en Florencia y Roma. Entre sus obras se destacan la bóveda y una de las paredes de la Capilla Sixtina, el diseño de la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, las esculturas de David y varias versiones de La Piedad. Alberto Durero (1471-1528): pintor, dibujante y grabador alemán. Tiziano Vecellio (1477/1490-1576): pintor veneciano. Rafael Sanzio (1483-1520): arquitecto y pintor italiano. Es considerado uno de los grandes maestros del período renacentista. Principales obras del Renacimiento Algunas de las principales obras del Renacimiento son:
La cúpula de la catedral de Florencia, de Filippo Brunelleschi.
Las pinturas de la Capilla Sixtina en el Vaticano.
La última cena, de Leonardo da Vinci.
Las estancias vaticanas de Rafael Sanzio. Bibliografía: Gombrich, E. H. La historia del arte. London, Phaidon Press Limited, 17.° ed. 1997. Hauser, Arnold. Historia social de la Literatura y el Arte. Buenos Aires, Debate. 2006. Johnson, Paul. El Renacimiento. Buenos Aires, Mondadori. 2005.

LA CIUDAD IDEAL RENACENTISTA: FLORENCIA, ROMA, PIENZA Y SFORZINDA.

LA CIUDAD IDEAL RENACENTISTA: FLORENCIA, ROMA, PIENZA Y SFORZINDA. Puede afirmarse en términos generales que nunca se edificó una ciudad renacentista. La misma Florencia, cuna del Renacimiento, era en 1490 un espacio fruto de su herencia romana y medieval. El corazón se estructuraba siguiendo el plano ortogonal de la antigua ciudad fundada por los romanos, como se puede observar en la foto aérea, pero a su alrededor se había formado desde el siglo XII una maraña de callejuelas que rompían ese orden.
Delimitación de la Florencia romana.
Florencia 1490. Sí se puede decir, en cambio, que hubo ampliaciones o remodelaciones de barrios que mejoraron las ciudades salidas de la Edad Media. En este artículo veremos algún ejemplo. También que hubo varios proyectos, ciudades que no pasaron de la teoría de un tratado de arquitectura como Sforzandia. La excepción a esta afirmación sería la ciudad fortín de Palmanova casi a finales del siglo XVI. Los proyectos de mejora de las ciudades renacentistas. La anarquía de la ciudad medieval se oponía a las teorías estéticas del Renacimiento. Se elaboraron muchos tratados teóricos sobre la ciudad ideal e incluso algunos pintores fueron más allá creando vistas ciudadanas (vedutas) que reflejaban las nuevas ideas. Las vedutas más conocidas son las tres que nos van a servir de ilustración a esta parte del artículo. Se atribuyen a distintos autores. Entre las distintas teorías sobre estas imágenes hay algún investigador que da la versión de que son tres obras de Leon Battista Alberti (las únicas obras pictóricas que se conservarían de este arquitecto) y que representarían distintas vistas de una hipotética Roma reedificada. Hoy se conservan en tres museos distintos en Urbino, Baltimore y Berlín.
Vista de una ciudad ideal en el Walters Arts Museum de Baltimore. Atribuido a varios autores. Al fondo se ve un arco de triunfo (¿el de Constantino?), el Coliseo y un baptisterio. Flanqueando los extremos dos modelos de palacio renacentistas. En el centro una plaza que posee como elemento central una fuente y cuatro columnas. La irregularidad del trazado anárquico medieval se oponía al sentido del equilibrio y de la uniformidad renacentista. A las callejuelas intrincadas e inesperadas, el Renacimiento oponía trazados claros basados en calles anchas y rectas en tramado reticular, que no pudieron ser llevados a la práctica por el coste de derribar el callejero medieval. Como mucho se abrieron vías principales que actuaron como ejes viales uniendo puntos significativos de la ciudad. Este es el caso de la ciudad de Roma, donde Doménico Fontana planificó para el Papa Sixto V entre 1585-90 un ensanche más allá del casco medieval (ocupado básicamente por el antiguo Campo de Marte romano) para repoblar las colinas y ruinas deshabitadas. Su plan consistía en unir las 7 basílicas mayores, tomando como centro la basílica de Santa María la Mayor y una gran vía, "Strada Felice", desde la que partirían vías radiales hasta llegar a las plazas donde se situaban las basílicas o un obelisco, como punto referencia visual. El crecimiento de la ciudad en los siglos siguientes se basaría en estas articulaciones viarias puestas por Fontana.
La ciudad de Roma. Según el proyecto de Sixto V 1585-90. Las plazas sin forma definida, originadas por la unión de cruces de caminos, se trazarán en el Quattrocento siguiendo una uniformidad y una jerarquía. El pequeño centro urbano de Pienza puede ser un buen ejemplo. El Papa Pío II encargó al arquitecto florentino Bernardo Rosellino esta pequeña ciudad de retiro. La plaza de la ciudad estaría definida por los edificios más importantes
Plano de centro de Pienza. 1459-62.
El Palazzo Piccolomini, la residencia papal (de estructura similar al palacio Rucellai de Alberti); La catedral con un diseño de fachada que repite el uso de columnas y arcos que vemos en el palacio anterior. En frente, el pórtico del palacio Comunal o Ayuntamiento, desde donde está tomada la foto de abajo. Fuera de la foto el Palacio Borgia, para albergar a los obispos que visitaran al Papa. Pienza. Palazzo Piccolomini (derc.) y Catedral (izqu.), 1459-62. Otro ejemplo es la reedificación del Campidoglio, la antigua colina Palatina, que comienza Miguel Ángel a partir de 1538. Crea una plaza trapezoidal a la que se accede a través de una larga escalinata. Esta vez no hay iglesia. Los tres palacios quedan sujetos a un mismo programa en el que el denominador común es el orden gigante. Como centro eligió la estatua ecuestre de Marco Aurelio justo en el eje entre la rampa de ascenso, la puerta escalinata del Palacio de los Senadores y su torre.
Plaza del Capitolio. Roma. La verticalidad gótica se contraponía al deseo de horizontalidad renacentista. Los palacios medievales con sus torres que sobresalían sobre los tejados de las ciudades serían sustituidos en gran parte por construcciones cúbicas. El palacio Vechio de Florencia con su espectacular torre contrasta con los palacios del quattrocento como el de la familia Strozzi.
Palacio Vechio (s. XIV) y Palacio Strozzi (s. XV). Florencia. Las fachadas asimétricas del gótico se reconvertirán en uniformes edificios, donde los pisos se estructuraban por medio de cornisas-entablamentos y pilastras-columnas a la manera clásica
Vista de ciudad ideal en el Galleria Nazionale delle Marche, Urbino. Atribuido a varios autores. Abajo detalle.
La perspectiva y la simetría son los elementos más importantes para conseguir conjuntos equilibrados como podemos ver en este otro cuadro que reconstruye una ciudad ideal.
Vista de ciudad ideal en la Gemäldegalerie de Berlín. Atribuido a varios autores.
La ciudad ideal renacentista. Sforzinda y su plasmación Palmanova. Sforzinda fue un proyecto que nunca llegó a realizarse. Fue un idea desarrollada por Antonio Averlino, conocido como Filarete, en su "Trattato di Architettura" publicado en 1465. Sería una ciudad para mayor gloria del señor de Milán Francesco Sforza, de ahí el nombre. Trazada mediante círculos y cuadrados, su plano describe una estrella de ocho puntas inscritas en una circunferencia.
Plano de Sforzinda, 1465. En su centro se situaría la plaza, con la catedral, el palacio señorial, el hospital, los almacenes y los talleres. De allí irradiarían 8 calles hacia cada una de las puertas de la ciudad y otras ocho hacia las puntas de la estrella, una de ellas acompañada de un acueducto a estilo romano. Todas tendrían una ligera pendiente para facilitar el desagüe. En los extremos fuertes torres de flanqueo protegerían las puertas. Para facilitar el tráfico interno habría una calle circular que uniría pequeñas plazas rectangulares destinadas a mercados o a tener una iglesia parroquial.
La idea ejerció una notable influencia en la construcción de la fortaleza veneciana de Palmanova, creada por Vicenzo Scamozzi en 1593 para proteger a la República Veneciana de un posible ataque de los turcos a través de Eslovenia. La ciudad ya no tenía un carácter ensalzador de un personaje por lo que el centro no tiene un edificio central claro. Se potencia el uso defensivo con un foso y reduciendo a sólo tres las puertas de acceso a la ciudad.
Palmanova, 1593. Vista aérea. También se pueden ver en este blog http://algargosarte.blogspot.com/ los siguientes artículos relacionados: - Características de la arquitectura italiana. - La arquitectura italiana del Quattrocento. - El palacio Rucellai de Alberti. - La arquitectura manierista italiana. - La arquitectura de Palladio en Vicenza y Venecia. Algargos Mis blogs. - Algargos, Arte e Historia: http://algargosarte.blogspot.com.es/ - Algargos, Geografía de España: http://algargosgeoespain.blogspot.com.es/ - Algargos, Historia de España: http://algargoshistoriaspain.blogspot.com.es/

La ciudad del Renacimiento.

EL PALIMPSESTO DE LA CIUDAD: CIUDAD EDUCADORA Jahir Rodríguez Rodríguez
La ciudad del Renacimiento. El Renacimiento fue un movimiento cultural de los siglos XV y XVI, iniciado en Italia y propagado por Europa, que por extensión acabó dando nombre a un período de la civilización occidental caracterizado por la vuelta a la antigüedad clásica, como reacción contra la mentalidad teológica medieval. El término adquirió, desde entonces, connotaciones políticas, económicas e incluso religiosas. Desde el punto de vista artístico y citadino, es importante destacar que su producción y legado impregnó por los siglos a las más importantes ciudades bajo su influjo; tanto en arte religioso como en arte civil. Los estudios sobre el Renacimiento son abundantes, pero es importante resaltar el trabajo de Jules Michelet: El Renacimiento, en el que practicamente acuñó el término; los estudios culturales de Jacob Burckhardt "La Cultura del Renacimiento en Italia" y los estudios sobre arte de Erwin Panofsky. Proliferan además los tratados sobre política, principalmente acerca de Maquiavelo; las investigaciones sobre el humanismo, de manera especial los relacionados con Erasmo de Rotterdam; y con los descubrimientos, la navegación y la geografía. Y trabajos especiales acerca de personalidades como Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, Tiziano, Tintoretto, Durero, los Médici, Lutero, Petrarca, Boccacio y Dante Alighieri con su Divina Comedia. Desde el punto de vista de la arquitectura y el urbanismo, los renacentistas tenían las enseñanzas de la antigüedad romana y en especial el códice de Vitrubio. Con todo ello y dado el típico espíritu de los hombres de la época, se puede afirmar que la ciudad ideal del renacimiento era más una construcción intelectual y utópica. Según el tratado sobre los cuatro vientos de Vitrubio (solano, que sopla del lado del levante equinoccial; auster, del lado del medio día; favonius, del lado del poniente y septentrio, del lado del norte) y la extensión a ocho de Andrónico Cyrrhestes, la figura ideal de la ciudad renacentista sería: "Una ciudad cuya planta es un octógono rodeado de murallas. Cada lienzo de muralla se opone a un viento. En los ángulos del octógono, torres circulares muy salientes. Las razones de índole militar se suman a las consideraciones meteorológicas. La figura de la ciudad no puede ser cuadrada ni formada por ángulos muy salientes. Debe ser un recinto para poder ver al enemigo desde varios lugares; los ángulos avanzados no son propios para la defensa y son más favorables a los sitiadores que a los sitiados" (1) La ciudad ideal, con planta poligonal, forma de damero o radiocéntrica o de trazado reticular o radio concéntrica, es propia de las soluciones ideales planteadas durante el renacimiento. En este sentido, la llamada Fortaleza de Palma Nueva, en forma poligonal, construida en la antigua república veneciana "es el más completo y perfecto de una ciudad estelar, el mayor alarde por conseguir una ciudad según los esquemas ideales del renacimiento".(2) En estos criterios se aprecia una evidente articulación entre arte, política, lúdica, defensa y urbanismo. No cabe duda que La Utopía de Tomás Moro, La Ciudad del Sol de Campanella y otras elucubraciones de la misma hondura y belleza, inspiraron a los renacentistas. Parte de este legado quedó sembrado en la realidad europea. Y otra muy considerable fue trasladada a la estructura de las urbes americanas. De ahí que la primera ciudad americana trazada con rigor y concepto geométrico, en opinión de los especialistas, sea Santo Domingo. En las ciudades americanas se retomó el humanismo, la geometría y la experiencia propia, llegando a ser típico el "plano regular ajedrezado", que aún vemos en muchas ciudades de América Latina.(3) En síntesis, para el urbanismo americano, a propósito de este influjo, se tiene la siguiente clasificación:(4) - Ciudades irregulares. - Ciudades semirregulares. - Ciudades regulares. - Ciudades fortificadas de trazado regular. - Ciudades de trazados singulares.
Pero, "la ruptura con la ciudad española y portuguesa en el nuevo mundo y con la identidad cultural por ella representada, se produjo con la Independencia y con el Siglo XIX. Simón Bolívar y San Martín, los más destacados héroes de la libertad, estaban influidos por las ideas de la Revolución Francesa. Y fue también de Francia, de donde se adoptaron en este tiempo las ideas sobre urbanismo".(5) Así, surgieron en Hispanoamérica el boulevard, la gran avenida, el paseo o alameda o el lugar "para mostrarse". 1. CHUECA Goitia, Fernando. Op. cit. p. 41. 2. Ibid. 3. Un trabajo en mayor extensión que describe el origen, estructura y vida en las ciudades antiguas de América puede leerse en: Utopía del habitar urbano, de SATIZÁBAL, Carlos Eduardo. En: Diez estrategias para el control social de la gestión pública. Guadalupe. Bogotá. 1996. p. 327 y ss. 4. Cfr. CHUECA, op.cit. 5. BORSDORF, Axel. Contexto cultural de la morfología urbana. El Ejemplo de la ciudad latinoamericana. En: Rev. Universitas No. 4. l990, Tubinga. p. 293.

EL URBANISMO RENACENTISTA

Plano de la ciudad de Sforzinda, de Filarete. Utopía urbanística del renacimiento. EL URBANISMO RENACENTISTA Lo que hemos llamado Renacimiento implica, como ya sabéis, una vuelta a los ideales y valores de la antigüedad Clásica, a la que se considera paradigma de la perfección y del buen hacer artístico. Estos valores son una novedad en el s. XV, pero no tanto, pues desde el s. XIV, el humanismo se fue abriendo camino, aunque sin relegar a Dios del centro indiscutible del Universo. La cultura antropocéntrica que se va difundiendo en esta época supone, entre otras cosas, desplazar a Dios a un segundo plano, sin desecharlo, pues no podemos olvidar que no se trata de recuperar el paganismo antiguo sino de reinterpretar el legado clásico desde una perspectiva cristiana y humanista. Es en este nuevo contexto donde el urbanismo, esa disciplina que trata de ordenar y entender el desarrollo de la ciudad desde criterios racionales, cobra interés. Las ciudades medievales habían sido organismos que se habían desarrollado sin un plan previo, de forma irregular y caótica. Los grandes hitos arquitectónicos, como los palacios o las catedrales, sobresalían en la trama urbana, pero no organizaban su desarrollo más allá de algunos espacios abiertos, las plazas, a cuyo alrededor se apiñaban las demás construcciones. Ahora asistiremos a un regreso, como en casi todo lo demás, a los ideales urbanísticos que habían inspirado los modelos greco-helenísticos (el plano hipodámico) y romanos (el castrum). Se vuelve, o se intenta, aplicar el racionalismo y su expresión geométrica en los nuevos modelos de ciudad que se crean o imaginan, pues apenas se construyen ciudades nuevas, se trata más bien de proyectos ideales, casi utópicos. El gran referente será el arquitecto romano Vitrubio, que postulaba que la ciudad debía ser octogonal para hacer frente a los 8 vientos dominantes. Siguiendo este esquema, los pensadores de la época diseñan sus ciudades ideales. La arquitectura, como veremos, sí se verá muy influida por la reinterpretación de los modelos clásicos, pero no tanto en el urbanismo, pues la peste negra del s. XIV, había casi vaciado las ciudades. El urbanismo renacentista no nace, pues, para dar respuesta a las necesidades de expansión de la ciudad, sino como una extensión de los ideales clasicistas que cimentan el Renacimiento como proceso o etapa histórica y cultural. Características generales del urbanismo renacentista: Regularidad: las ciudades tienden a formas que recuerdan la circunferencia (estrella, octógono o circunferencia) y sus calles o son ortogonales o tienden al radiocentrismo. Se intenta mantener la regularidad en la altura de los edificios. Preocupación defensiva: aparecen nuevas armas de artillería, las murallas deben ser más fuertes para resistir los ataques. Esteticismo: la belleza como elemento constructivo. En este campo se desarrollará una importante arquitectura paisajística que tratará de combinar e integrar construcciones y naturaleza. Higiene: las ciudades que se proyectan han de mejorar la salubridad urbana. Orden: cada cosa está en su sitio. Las leproserías y edificios que desprenden olores se sitúan en la zona por donde sale el aire de la ciudad. La ciudad se construye en octógono para refugiarse de los ocho vientos dominantes. Cada barrio se dedica a una cosa. Calles: alineaciones rectas, ortogonales. No son un mero lugar de tránsito, sino un lugar donde contemplar los edificios. El espacio urbano se concibe, en cierta forma, como escenografía para la contemplación de los bellos edificios que se levantan, respetando la perspectiva y facilitando su disfrute estético. Plazas: para reunión y contemplación de edificios. La plaza recuerda el antiguo foro o ágora; sigue siendo, en las ciudades, el espacio donde se concentra y se hace visible la vida ciudadana. Se construyen pocas ciudades, pero las que se hacen son por: Ø Razones militares: la más representativa es Palmanova, en Italia, con forma de estrella. Ø Razones religiosas: creadas por protestantes. Ø Accidentes naturales que tiran viejas ciudades: Sicilia. Dado el escaso número de nuevas ciudades, la mayoría de las obras son de acondicionamiento de partes de la ciudad: construcción de palacios, iglesias, etc., que conllevan la demolición de edificios antiguos. Las ideas renacentistas postulan calles rectilíneas y con una arquitectura uniforme, con grandes plazas y conjuntos monumentales. La ciudad renacentista, en consecuencia, sigue siendo la ciudad medieval, pero con pequeños cambios superficiales impulsados por las élites burguesas, eclesiásticas y aristocráticas. No obstante lo anterior, estos proyectos de ciudad ideal, como el citado de Sforzinda, ejercerán una gran influencia cuando en el s. XIX, en el marco de la expansión urbana que se da durante la Revolución Industrial, se desarrolle el urbanismo contemporáneo y éste deba atender a las nuevas necesidades de una población en crecimiento y de unas ciudades que desbordan sus límites históricos, generando nuevos problemas y exigiendo nuevas soluciones que, en algunos casos, toman como referencia los modelos renacentistas. Esta entrada aprovecha información del siguiente sitio: http://apuntesurbanismo.blogspot.com.es/
Palmanova

RENACIMIENTO CARACTERISTICAS

Campidoglio. Miguel Angel.


Los Siglos XV y XVI (características del Renacimiento en el Quattrocento y el Cinquecento)
Introducción: El Renacimiento expresa un movimiento y una época donde se retorna al estudio e imitación de la literatura, arte y filosofía de la antigüedad clásica griega y romana En pintura la renovación hacia lo clásico se realiza por medio del estudio del natural y de la aplicación de las leyes de la perspectiva, únicamente este arte recibe la influencia greco-romana a través de la arquitectura y la escultura.Los cimientos de la renovación son varios, el eje más atrayente es el Humanismo orientado hacia el papel central del hombre y sus actos. La anatomía del hombre fue objeto de un minucioso estudio por parte de científicos, que dibujaban ordenadamente sus descubrimientos, involucrándose con frecuencia el rol del científico con el del pintor. Un pintor convenía de tener profundos conocimientos de teología, historia y mitología para estar autorizado en la representación de la historia que debería de narrar, el tornar a concentrarse en lo humano no es una dejadez de lo divino, por el contrario, lo divino es percibido desde la perspectiva humana para conferirlo de mayor significación: Dios trata de concebirse evidente a la razón humana, en vez de limitarlo a la impresión de la fe. Para una conveniente representación de la historia y de los personajes el pintor debería de laborar terceras ramas del saber: para los seres humanos, sé artículo anatomía y fisiología, también hubieron de estudiar mitología, lenguas clásicas y teología para representar dignamente, las escenas, los vestidos y los ambientes. La conquista de la tercera dimensión es fortalecida al colocar las figuras sobre un paisaje o en un interior, así tanto el propio volumen de la figura establece la profundidad, como también el hecho de moverse en un espacio aéreo a su alrededor.La mayor parte de la producción artística siguió consagrada al tópico religioso, con tres propósitos fundamentales: acrecentar la garantía de la predicación, lograr la emoción del fiel y conservar el dogma por medio de las imágenes. No obstante se introduce con ímpetu la pintura profana; por un lado germina el retrato representando a los mecenas de los pintores o a efigies representativas del saber, tanto moderno como antiguo; por otro la invasión del neoplatonismo florentino con representaciones paganas que se reajustan al cristianismo. La razón se recupera apoyándose en la reintroducción de la sabiduría clásica: los textos de la antigüedad que se atesoraban se traducen. Se inicia con vigor la pompa del retrato, se introducen mitologías, usualmente con trasfondo religioso e incluso misteriosos, es el caso de la obra de Botticelli, EL TRIUNFO DE LA PRIMAVERA.
Es esta etapa cuando los artistas principian en firmar sus obras, sus antecedentes biográficos son recogidos por los entendidos en arte, y sus teorías pictóricas están impregnadas de gran elaboración intelectual. El renacimiento se organiza en dos hemisferios, el Quattrocento o siglo XV y el Cinquecento o siglo XVI
En el Renacimiento, sus integrantes se autodenominan como hombres del Renacimiento, e inauguradores de una nueva Edad, la Edad Moderna, por oposición a la Edad Media , lazo de transición entre la grandiosidad de la Antigüedad clásica y su propia época.
Características del Renacimiento en los siglos XV y XVI:
El comienzo del Renacimiento Italiano suele datarse hacia el año 1420, el Renacimiento florentino es considerado por algunos historiadores del arte como un retomar la época de esplendor del Trecento temprano, en el cual se destacó Giotto por su naturalismo, donde según Vasari la renovación del arte se realiza por la imitación de la naturaleza que para él es lo mismo que el retorno de aquel (Giotto) a los maestros de la antigüedad.La pintura del Renacimiento se data en Masaccio (1401-1428). La arquitectura en el florentino Filippo Brunelleschi (1377-1446) y la escultura en Donatello (1386-1466)En la pintura renacentista Masaccio manifiesta el naturalismo de las representaciones figurativas y escénicas y el ilusionismo espacial logrado por la perspectiva central con que crea sus imágenes.Otra característica del Renacimiento en Italia es el surgimiento del individualismo, el hombre se reconoce como individuo espiritual y como indicio de la creciente conciencia de si mismos que cobran los hombres del siglo XVI, toma reanimación, la pintura de retratos donde príncipes , nobles y miembros del alto clero se hacen retratar y también miembros de la burguesía como los comerciantes, los banqueros, artesanos y eruditos humanistas e inclusive los artistas que lograron ganarse el reconocimiento de la sociedad y gozar de sus privilegios.

El Mundo moderno: Renacimiento

Zitelle Venecia 1561

Se pretendía especialmente en el siglo XV y XVI alcanzar la meta de convertirse en el hombre universal versado en muchas disciplinas, ideal que corresponde a algunos elegidos como Brunelleschi, Ghiberti, León Batista Alberti, Francesco Di Giorgio, Donato Bramante, Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti y otros. En su mayoría también eran arquitectos.La arquitectura no era considerada oficio autónomo ni poseía un sistema de formación propio, dado que quien era arquitecto anteriormente tendría formación artesanal en otra disciplina donde demostraría su destreza avanzando posteriormente en tareas de mayor envergadura donde se precisarían conocimientos en geometría y de teoría de las proporciones de la arquitectura antigua.Los pintores y escultores ganarían su reconocimiento al no ser considerados artesanos normales, en la clasificación medieval de la pintura y la escultura , estas serían artes "mecánicas" no liberales. Condicionalmente las artes liberales se enseñaban en las universidades, entre ellas se destacan las disciplinas elementales como la gramática, lógica y retórica y las más elevadas como, aritmética, geometría, música y astronomía. La importancia de una formación elevada para los pintores y escultores la destacaría Ghiberti que sostenía que debían estudiar gramática , geometría, aritmética, astronomía, filosofía, historia, medicina, anatomía, perspectiva y "diseño teórico"."La Puerta del Paraíso" del Baptisterio de Florencia realizada por Ghiberti marcará un punto de inflexión en la historia del arte.Hasta entrado el siglo XV la palabra "artista" era utilizada para nombrar a los estudiantes de las artes liberales y no para un pintor y escultor. Pero los artistas como Ghiberti durante los siglos XV y XVI se emanciparon de la programática teológica dándole al concepto "artista" su significado moderno, el ser artista denota un ascenso de estatus social.Anteriormente la iglesia había sido patrocinadora del arte pero en la Italia renacentista la mayoría de las imágenes serían encargadas por laicos. Los laicos y religiosos se comportaban como personas privadas o representantes de diversas corporaciones como los gremios responsables de las obras de la Catedral y del Baptisterio que encargaban mayormente obras como esculturas. Entre los corporativos se hallaban las hermandades destinadas a las tareas religiosas o caritativas que también se relacionaban con la política y la cultura. El Estado o Gobierno de las ciudades de la misma manera se mostraría como comitente.Poco se diferenciarían los comitentes públicos de los privados cuando se habla de príncipes que actuaban como regentes del Estado, que no diferenciaban entre las funciones públicas y privadas. Los artistas recibían encargos de ellos y en oportunidades un empleo fijo como Leonardo Da Vinci en Milán. Este empleo tendría dos caras, dado que la mayor seguridad económica y aumento de prestigio estaba concatenada a obligaciones de presencia y dependencia en lo referido a la ejecución del trabajo.Hay tres tipos de motivaciones para los encargos de pintura y escultura: la piedad, el prestigio y el placer, siendo esta la que ganaría importancia en el siglo XV y XVI las familias donde se destacara más esta característica será en las de formación Humanística, dado que entre los príncipes y representantes de las grandes familias, que actuaban como mecenas de las artes, los maestros humanistas, encontrarían sus alumnos. Así también en ocasiones los artistas recurrirían al consejo de los humanistas, en cuestiones de mitología clásica y de historia de la antigüedad para la realización de sus imágenes.Los humanistas serían los primeros en difundir conocimientos de la tradición clásica por ser conocedores de literatura, también aquí los estímulos se remontarían al Trecento en el que la Antigüedad Clásica y su legado literario se reactivaría. Siendo Petrarca (1304-1374) transmisor del entusiasmo por la antigüedad a sus discípulos. Destacándose Coluccio Salutati que ocupara en 1375 el cargo de canciller en Florencia y se convertiría en el pionero de la Filología Clásica , entre sus alumnos se encuentran los humanistas de la próxima generación: Leonardo Bruni, Pietro Paolo Vergerio y Poggio Bracciolino. La percepción de la antigüedad humanística en los siglos XV y XVI se eleva al rango de ciencia en el plano teórico e ideológicamente en lo práctico se tematiza la relación entre el Renacimiento y la Antigüedad.En lo que refiere a la arquitectura: el Papa Nicolás V sería uno de los más grandes constructores del Renacimiento y comitente de León Battista Alberti quien fue participe en los proyectos para reconstruir el Vaticano, el Papa consideraba que la pintura era capaz de hacer visible el poder divino, mostrando a las divinidades como hombres y mujeres reales y llenos de vida, mientras que la arquitectura presentaba obras para la eternidad donde las personalidades e instituciones gobernarían en el presente y los siglos venideros.Con sus edificios recuperó un imperio desaparecido y lo pobló con los cristianos poniendo al frente al Papa como nuevo Pontifex Maximums reconstruyendo la Iglesia de San Pedro con un mayor esplendor y porte clásico dándole la apariencia de un "Monumento Perpetuo" creado por la mano de Dios siendo una prueba eterna de que a los papas le correspondía tanto el poder terrenal en Roma así como las llaves del cielo y de la tierra entregadas por Cristo a Pedro, primer Papa fundador de la Iglesia.De este modo se recrea la Antigüedad como un imperio cristiano eterno. Siendo el Renacimiento un instrumento persuasivo, de la historia de Italia y utilizado como legitimador de una autoridad temporal y espiritual. Se puede limitar la arquitectura papal a los siglos XI y XVI donde alcanza el papado su máximo poderío y estuvo enmarcado en los movimientos de reforma religiosa decisivos. Donde el empeño de la iglesia fue fortalecer y propagar la fe en una comunidad en crecimiento especialmente, en el vulgo y la población laica no perteneciente a la nobleza.El vulgo que se enriquecía crecía y emigraba a las ciudades cuando antes vivía en las tierras de los señores feudales o en pequeñas poblaciones de Italia, la Iglesia desidio prestarle una mayor atención y su arquitectura sería un medio de propaganda papal dirigida a los más receptivos y a los que serian su posterior apoyo. Los nuevos edificios y sus tipos se atribuían a las diversas instituciones creadas por el vulgo que eran destinatarias de la propaganda arquitectónica papal.En el siglo XV personalidades importantes y familias pudientes construyeron sus residencias privadas, urbanas y de extramuros así como nuevos centros creados para la vida política y cultura cortesana de las ciudades, aplicando las formas arquitectónicas inspiradas en la Antigüedad. Desde el siglo XV al XVI también construyeron lejos de las ciudades, villas con jardines como nuevo centro de la cultura cortesana en Italia.