El templo
Con la conquista cristiana en el siglo XIII se produce una ocupación eclesiológica en la que los templos musulmanes, en un primer momento, fueron transformados al culto cristiano sin hacer apenas modificaciones arquitectónicas. Tan sólo se cambia la orientación hacia la que se dirije la ceremonia religiosa, sustituyéndose la dirección norte-sur por la este-oeste.
En este mismo siglo ya se comienza a construir en estilo occidental: románico tardío o protogótico. Se conservan escasos ejemplos debido a que en 1368 la ciudad fue arrasada y se destruyeron los templos. El más interesante de éstos es la portada de los carpinteros en la iglesia de San Pablo. También San Pedro y Santo Domingo conservan algún vestigio protogótico. En el siglo XIV el estilo gótico se instala en la ciudad, teniendo como ejemplo más significativo la iglesia de San Nicolás de Bar¡, con una interesante bóveda ojival.
A principios del siglo XVI el obispo de Jaén don Alonso Suárez de la Fuente del Sauce (1500-1520) conocido como el "obispo constructor", fue un gran impulsor del estilo isabelino o gótico final. Mientras la nobleza adopta ya el nuevo estilo del primer Renacimiento, como vemos en la Casa de las Torres, la arquitectura religiosa mantiene esquemas góticos de la mano de este obispo, que intervino en las parroquias de Santa María, San Nicolás, San Pablo y San Isidoro. La primera portada plateresca en edificios religiosos aparece en la iglesia de Santo Domingo, obra de Diego de Alcaraz, que posteriormente se difundirá en la provincia.
Los templos parroquiales se caracterizan por la superposición de estilos a lo largo del tiempo. En éstos predomina la planta longitudinal de una o tres naves, excepto Santa María que tiene cinco. Poseían cubiertas de madera que fueron sustituidas por bóvedas de crucería o posteriormente de cañón, con ábside poligonal, como en San Pedro y San Pablo, o cabecera plana, como en San Lorenzo.
En el siglo XVI y principios del XVII existió un impulso por transformar la ciudad medieval en un nuevo escenario urbano renacentista. Se remodelan las iglesias y se construyen numerosas portadas monumentales de este estilo en gran parte de las parroquias, como San Lorenzo, Santo Domingo, San Pedro, San Nicolás y Santa María.
Edificio religioso renacentista de nueva planta es la Sacra Capilla del Salvador, cuyo espacio interior de planta centralizada en su capilla mayor, introduce una concepción totalmente renacentista, además de presentar la singularidad de ser una capilla funeraria exenta. Constituye una de las obras cumbre del Renacimiento español.
Cúpula de la Catedral de Florencia o Santa María de las Flores.
Es su obra más famosa. Esta enorme cúpula no sólo destaca sobre el conjunto de la iglesia sino que es una referencia visual en toda la ciudad de Florencia. La catedral de Florencia es gótica y fue realizada por Arnolfo di Cambio, pero estaba sin concluir pues se encontraba sin abovedar el crucero. Por la altura del edificio, la cúpula que cubriera dicho crucero no podía ser totalmente semiesférica por posibles problemas en el sistema de empujes y contrarrestos. La solución que llevó a cabo Brunelleschi fue una cúpula en forma de curva parabólica, que en realidad esta formada por dos: una inferior, y otra exterior, de ladrillo y dividida en tramos a modo de gajos. La distancia entre ambas cúpulas se mantiene siempre constante. Por su casquete alargado recuerda al gótico. Está construida sobre un tambor poligonal (octógono) decorado con mármoles. En cada uno de los lados se abren ventanas circulares. Basílica de San Lorenzo de Florencia Inspirada en las basílicas paleocristianas que Brunelleschi estudío, se trata de un templo con planta de cruz latina de tres naves, planteada bajo un esquema 2-1, es decir con la nave central más alta y ancha. En el interior, la nave central tiene cubierta adintelada con casetones y las laterales bóveda de arista. La separación de las naves se establece mediante columnas de orden compuesto y sobre ellas entablamento en el que descarga cada arco de medio punto. En el crucero dispuso de cúpula como abovedamiento. Brunelleschi busca en esta iglesia básicamente dos aspectos: • Horizontalidad: Se emplean elementos arquitectónicos que refuerzan la sensación de horizontalidad, como los entablamentos, la cubierta plana de la nave central, etc. • Armonía: Busca la armonía empleando criterios geométricos. Por ejemplo establece formas cúbicas ya que altura de las columnas es idéntica a la distancia entre columnas contiguas y entre éstas y los muros de las naves laterales. También citaremos aquí la Basílica del Espíritu Santo, que es similar a la anterior.
El estilo Barroco viene de la mano de las órdenes religiosas en los siglos XVII y XVIII. La capilla del convento de la Concepción de las Carmelitas Descalzas nos muestra un barroco clasicista de gran austeridad ornamental, con sencilla fachada y planta de salón, frente al estilo barroco de ampulosa decoración y columnas salomónicas del antiguo convento de la Santísima Trinidad.
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