sábado, 17 de agosto de 2019

El Renacimiento, arquitectura: Italia


El Renacimiento en arquitectura utiliza los elementos constructivos de la antigüedad, la bóveda de cañón, la cúpula, los entablamentos, los arcos de medio punto, las columnas, etc. El edificio es producto del cálculo matemático y la medida antropomórfica. El nuevo estilo surge de la admiración de los artistas por las ruinas del mundo romano, y del descubrimiento del libro de Marco Vitrubio Polión. Pero lo más importante para la creación del nuevo lenguaje es la aportación de arquitectos renacentistas.
Domina la arquitectura de carácter civil: hospitales, cárceles, etc. En las que el muro es de carga, además de cierre del espacio.
Durante el Quattrocento la figura más destacada es Filippo Brunelleschi, que trabaja en Florencia. Aquí construye la cúpula de Santa María de las Flores, una gran cúpula de 42 metros rematada por una linterna. Esta cúpula posee, una función estética, bella pero austera, que no da la sensación de ser pesada, pero también tienen una función ideológica; representa la unidad cristiana. Para su construcción utilizó un juego de doble cúpula, una interna y otra externa. Brunelleschi construyó también el Hospital de los Inocentes, las basílicas de San Lorenzo y Santo Espíritu y la capilla funeraria de los Pitti.
Otro gran arquitecto del Quattrocento fue Michelozzo di Bartolomeo, que termina la cúpula de Brunelleschi y construye el palacio de los Medici. En su fachada utiliza el sillar almohadillado en el que decrece el relieve de abajo a arriba. Sus maestros fueron grandes escultores como Ghiberti o Donatello, por lo que sus edificios tienen un profundo sentido estético; son tratados como esculturas. Además, construyó las tumbas de los Aragazzi, los Brancacci, el convento de San Marcos y la capilla Portinari en Milán.
León Battista Alberti es el otro gran arquitecto del Quattrocento florentino, además de ser el gran teórico de la estética renacentista. Determina cuál es la función del arquitecto, que debe proyectar, diseñar e idear el edificio. Propugna la adecuación al entorno de los edificios y establece cuáles deben ser los cánones de belleza, según los modelos clásicos. Construye Santa María de Novella, el palacio Rucellai y San Andrés de Mantua.
También en Florencia trabajan Antonio Averulino (el Filareto), Bernardo Roselino, Luciano Laurana y muchos otros.
Pero durante el Quattrocento, Florencia no es el único centro. En Lombardía se desarrolla un centro en torno Milán y otro en torno a Venecia. Esta escuela se caracteriza por su mayor desarrollo decorativo, con grutescos, relieves y medallones que recuerdan al estilo plateresco o al estilo ornamental francés. En Venecia trabajan arquitectos como Pietro Lombardo: iglesia de los Milagros, Mauro Coducci: campanario de San Pietro del Castillo, y Antonio Rizzo: reforma del palacio ducal de Venecia; y en Lombardía Guiniforte Solari: cartuja de Pavía, los hermanos Christóforo y Antonio Mantegazza: fachada de la cartuja de Pavía, y Giovanni Antonio: capilla Colleoni de Bérgamo.
El Cinquecento está dominado por Roma, y en menor medida por Venecia. Es la fecha en la que triunfan los Estados modernos, con una monarquía autoritaria que se apoya en la burguesía, en contra de la nobleza feudal. Los reyes y los papas serán los grandes mecenas. Es en esta época cuando se fijan los modelos clásicos del Renacimiento. Se puede hablar de dos etapas, una clásica, hasta 1530 en la que predomina el sentido de la medida, la proporción y el equilibrio; y otra manierista en la que se rompe la escala humana. Es ahora cuando se fija el modelo antropocéntrico. Predominan las plantas centralizadas y los edificios que conservan la simetría.
La figura más representativa de esta época es el Bramante (Donato di Pascuccio D’ Antonio). Él es el auténtico iniciador de la arquitectura del Cinquecento y el primer arquitecto de San Pedro del Vaticano. En los primeros tiempos construye la catedral de Pavía. En Roma el Bramante construye la iglesia de Santa María de la Paz, con una planta octogonal, San Pietro in Montorio, con una planta circular y el jardín de la Piña en el Vaticano. En su arquitectura encontramos el orden y la medida entre proporción de masa y vano.
Rafael Sanzio, aunque más conocido como pintor, fue un importante arquitecto en Roma. Construyó los palacios deVidoni en Roma y Pandolfini en Florencia, la capilla de los Chigi, y dirigió las obras de San Pedro del Vaticano. Otros arquitectos de la época son: Baldassere Peruzzi, que sucede a Rafael en San Pedro del Vaticano: villa de Farnesio, y Antonio Giamberti da Sangallo: palacio de Albisola.
Roma también domina durante el período manierista. El estilo se vuelve más refinado y efectista, rompiendo con los modelos clásicos al utilizar un orden gigante y alternar los elementos con cierta artifiocisidad. Miguel Ángel Buonarroti es uno de los grandes arquitectos del momento. Construye la cúpula de San Pedro del Vaticano, en la que encontramos la misma simbología que en la de Brunelleschi, en Florencia. Comienza a utilizar órdenes gigantes, y es el auténtico iniciador del manierismo.
Giacomo Barozzi, el Vignola, es uno de los grandes arquitectos de la época. Sus edificios están poco ornamentados. Sin embargo, él es el campeón de la causa contrarreformista. Utilizó sobre todo el orden toscano en las columnas, con su fuste liso. Construye, el palacio Farnesio, San Luis de los Franceses y El Gesú que será un modelo para la estética del barroco. También intervino en San Pedro del Vaticano.
Venecia pasa a ser el centro del arte, tras el saqueo de Roma en 1527. Aquí el arquitecto más genial y original fue Andrea Palladio. Escribe Cuatro libros de arquitectura, en el que plasma sus ideas, y será la obra fundamental de la formación de los futuros arquitectos. Está profundamente influida por la tradición romana y la estética manierista. Inventa el motivo paladiano (un arco entre dinteles) y usa el orden gigante, en el que las columnas abarcan más de un piso. Construye la basílica de Vicena, las villas Godi, Capra, Bárbaro y Malcontenta, la fachada de San Pietro del Castillo y la iglesia del Redentor en Venecia.
Otros arquitectos son Giulio Romano: palacio del té en Mantua, Bartolomeo Ammanati: colegio de los jesuitas en Roma, Pirro Ligorio: casino de Paulo IV y Doménico Fontana: palacio de Letrán y Biblioteca Vaticana. En Venecia destacaron Sansovino: cúpula de San Marcos, la Casa de la Moneda, Biblioteca de San Marcos, y Vicenzo Scamozzi, ante todo un teórico que construye según el modelo de la Biblioteca de San Marcos.

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