martes, 11 de junio de 2013

INDUMENTARIA MASCULINA

Los hombres llevaban calzones y calzas (pantalones cortos y medias). Las longitudes de ambos fueron variando, y a finales del gótico las calzas eran tan largas que casi eliminan a los calzones. Hasta la llegada de los tejidos de punto, prácticamente desconocidos en la edad media, las calzas eran de lino o lana cosidas para que quedaran ajustadas. Resulta increíble que pudieran adoptar el aspecto suave (conseguido posteriormente con los tejidos de punto) que se observa en las pinturas de la época. En el siglo XII las calzas llegaban a la altura de medio muslo por debajo de los calzones cortos. En una época anterior los calzones de las clases altas eran más estrechos, y los de los trabajadores, más amplios, y ambos se sujetaban normalmente por debajo de la rodilla.
A principios del siglo XII la ropa era larga y la sobretúnica fue sustituida por el brial, prenda importada de Oriente. Todo, incluso las mangas, era largo, amplio y con una gran caída. A finales del siglo XII y durante el siglo XIII las prendas masculinas presentaban diferentes longitudes, amplitudes y adornos así como diferentes nombres para lo que básicamente era la misma prenda. Un cambio importante fue que la capucha pasó a ser una prenda independiente.

Más tarde la capucha (con su extremo puntiagudo, el liripipe, y con una capa corta que caía sobre los hombros) se convirtió en sombrero. La abertura, destinada en principio a la cara, se echaba por detrás de la cabeza y el liripipe se pasaba alrededor de la misma a modo de turbante. Posteriormente la capucha se colgó por encima del hombro y se llevaba como emblema; su última manifestación fue la escarapela en el sombrero de librea del siglo XIX. Una derivación todavía más curiosa de la capucha es el apéndice cosido en la espalda de la toga del traje de abogado en Inglaterra, que data de la época en que los clientes dejaban caer monedas en el sombrero si pensaban que el caso podía ganarse.
En el siglo XIV la túnica se estrechó y acortó hasta adquirir un aspecto más ajustado, que evolucionaría hacia la casaca. Sobre ella todavía se llevaba la antigua sobretúnica pero adornada con un cuello, que recibió el nombre de cota. La hopa y la hopalanda, una prenda exterior de cuerpo entero, larga y con mangas anchas y acampanadas, se utilizó hasta finales del siglo XIV y se mantuvo durante los siglos XV y XVI formando parte del traje de los profesionales y de los ancianos e incluso hoy día se utiliza como traje académico y de la abogacía.
La casaca evolucionó hacia una prenda totalmente confeccionada, y a menudo forrada, que sobrevivió bajo diversas formas como la prenda exterior básica masculina durante mediados del siglo XVII. Su derivación moderna es el chaleco.

Vestido del hombre llano o pechero.

El hombre llano o pechero, también llamado "caballero pardo", adquiere el nombre debido a su vestido. Para su confección se usan hilos y lanas sin teñir, colores naturales que generalmente son pardos.
El pechero, campesino, viste por lo general túnica corta o camisa larga hasta la rodilla que cae encima de las calzas, que pueden ser anchas o ajustadas, y se sujetan con un cordón a la cintura igual que la túnica, que lleva abertura para introducir la cabeza. Si hace frío se acompaña de chaleco, ya que las mangas no facilitan el trabajo del campo, que puede ser de piel, dependerá de la época del año.
En cuanto al calzado, en verano se usaban las albarcas, y en los sitios fríos se acompañaban de una especie de calcetines de piel con el cuero por fuera y la piel por dentro. Usaban sombrero de ala ancha para cubrir la cabeza.
La ropa interior masculina se compone de camisa y calzones cortos tapados por la túnica. También se servían de calzas, una especie de medias de tela.
La esposa del hombre llano viste camisa o kamese, y sobre ésta la túnica o almexia recogida en la cintura para facilitar el trabajo. La cabeza se cubría y usaban sombrero de ala ancha.

Traje del caballero o guerrero.

El rey necesita guerreros, hombres a caballo capaces de llegar a la frontera cuanto antes y cuando está amenazada por el enemigo. El caballo es caro. Un caballo equivale a cien sueldos, y un sueldo equivale a una oveja, cantidad imposible para un rústico.
Los caballeros, según van consiguiendo su nobleza, se forjan un escudo de apellido noble para ir a la guerra. Si va a la milicia usa casco o protección alguna para la cabeza. Los objetos metálicos son muy caros.
Se usa la cota de malla inventada por los celtas, quienes herraran por primera vez sus caballos. También inventaron el jabón.
Cuando la imposibilidad de acudir a caballo es absoluta porque el rústico no puede disponer de él, el rey prefiere cobrar el "fonsado", una cantidad pagada por el pechero u hombre llano y que le libra de la obligación de ir a la guerra, de esa manera se evita llevar consigo hombres inútiles y lentos.
El caballero viste kamese o camisa, y sobre ésta la prenda que lo revista de dignidad sin obstaculizar su comodidad y soltura de movimientos: el mofarrex o túnica hendida con abertura delante y detrás para facilitar la subida al caballo. Suelen preferir la túnica corta para la batalla.
El escudo metálico fue inventado en el siglo XII, hasta entonces era redondo y de madera, con radios cruzados que lo refuerzan.
El caballero todavía no viste armadura, se generalizará más tarde. Sí usa un peto o brunia, que es de cuero muy fuerte y llega hasta la cintura. Los caballeros, como el rey o el conde, también usan loriga, que a diferencia de la brunia es más larga y protege las piernas a modo de faldones.
La cabeza del caballero se protege con el yelmo, especie de gorro metálico que sólo cubre la mitad superior de la cabeza; debajo de éste se usa un gorro o capucho conocido como capiello. Si un guerrero deseaba pasar desapercibido, cubría su equipo guerrero con el kabsan o capa mora con capucha, de esa manera disimulaba el aspecto de la mesnada.
Los soldados del siglo XI llevaban una cota de malla larga que se llamaba camisote y cubría cabeza y antebrazos. Más adelante se añadieron nuevas protecciones, una prenda acolchada bajo el camisote, placas para antebrazos y una túnica reforzada encima.
Hasta el siglo XIV no se usan ni petos ni espalderas, y a partir de ellos evolucionó la armadura completa y se llamó "de punta en blanco".
El caballero usaba debajo del camisote la camisa y las calzas, anudadas a la camisa con cintas. En las calzas quedaba una abertura arriba que siglos más tarde se cubrió con una pieza de tela que se llamó la bragueta de las calzas.

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