Frank Lloyd Wright cambió el rumbo de la arquitectura. Inauguró la arquitectura moderna a principios de siglo transformando los interiores en compartimentos estancos comunicados por paneles e introduciendo nuevos materiales con el fin de servir a la sociedad democrática imaginada. Su amplia visión confluyó en su más ambicioso proyecto, La Ciudad Viviente , en la que vida y naturaleza se integran a través del automóvil.
Wright plantó el germen de su discurso utópico de arquitectura orgánica en el proyecto Broadacre City ("un acre para cada familia"), desarrollado hasta las últimas consecuencias en la denominada La Ciudad Viviente (The Living City), en el que trabajó toda su vida. En él se percibe la influencia del humanismo y un sentido visionario de la arquitectura y el urbanismo con el propósito de proporner una reordenación social basada en la profundización de la vida democrática, interrelacionando la naturaleza y la sociedad urbana. En esta convivencia, que se manifiesta en la proyección de grandes espacios abiertos, divididos en parcelas cuadradas, siguiendo la tradición americana, el automóvil y el transporte público adquieren una importancia capital. Wright fue, de hecho, uno de los arquitectos pioneros, que vio el coche como un elemento nuclear de las relaciones urbanas.
Edificios para el trabajo
Así, se suceden los edificios para el trabajo, donde se replantean los espacios donde se desarrolla el trabajo moderno; los edificios para el comercio, entre los que se incluyen tiendas, bancos, garajes, estaciones de servicio; edificios conmemorativos o de culto, diseñados como espacios de congregación y de espiritualidad; edificios para la enseñanza, escuelas y universidades abiertas a la naturaleza; edificios para las artes, donde se integran teatros y museos; edificios de viviendas individuales y colectivas, entre otros edificios. El carácter integrador y sintético de La Ciudad Viviente , que, además de resumir su ideario, incluye muchos de los edificios realizados por el arquitecto, justifica el hecho de que se haya convertido en eje de la exposición, que se centra tanto en las aportaciones prácticas como en las teóricas.
Influido por la arquitectura del movimiento inglés Arte y Artesanía, el racionalismo francés, los vocabularios exóticos de Japón y la América precolombina y la construcción italiana, Frank Lloyd Wright desarrolló un pensamiento trascendentalista basado en la creencia de la supremacía de la naturaleza, un credo que ensalzaba a la humanidad como la más noble representación de la naturaleza.
Broadacre City fue un proyecto de desarrollo urbano propuesto por el arquitecto Frank Lloyd Wright al final de su vida. Es un proyecto teórico y utópico que muestra la que sería la ciudad deseable para este arquitecto.
Algunas ideas aún no muy maduras de la «ciudad jardín» del arquitecto Frederick Law Olmsted y el urbanista Ebenezer Howard tenían bastante en común con el proyecto de Broadacre City, excepto por la ausencia del automóvil que se desarrolló mucho después. Más recientemente, el desarrollo de la Edge City («Ciudad Filo») parece una versión incompleta y no tan planeada de Broadacre City.
La idea la presentó por primera vez en el libro «The Disappearing City» en el año 1932. Pocos años después, Wright mostró una maqueta a escala de 4 x 4 metros que representaba una hipotética Broadacre City, hecha a mano por los estudiantes internos que trabajaron para Wright en Taliesin. Muchos de los edificios de la maqueta estaban completamente diseñados ex-novo para el proyecto, mientras que otros eran reinterpretaciones de antiguos trabajos.
Wright se referiría al concepto de Broadacre City más tarde en libros y artículos hasta su muerte en 1959.
El modelo de ciudad parte de la crítica a la civilización industrial urbana, que negaba los valores humanos e individuales más auténticos, y se basa en la búsqueda de una calidad ambiental recuperando la idea del mito de la frontera (mito romanticista sobre la disponibilidad de «tierra para todos» en el viejo oeste estadounidense). De este modo, Broadacre City sería una ciudad con un bajísimo índice de densidad, extendida en todas las direcciones, y que se encontraría según Wright en todas partes y en ningún lugar.
Sigue un modelo ideal de ocupación del territorio basado una retícula (similar a la de las ciudades fundadas durante el mandato de Jefferson), con casas unifamiliares distribuidas en parcelas de al menos cuatro acres de extensión en las que aparecen vías de comunicación lineales y donde la homogeneidad se vería alterada por equipamientos (hospitales, centros culturales, centros de ocio, edificios administrativos, unidades industriales aisladas, etc.). En definitiva, el proyecto es la antítesis de las grandes ciudades de la época de Wright y la apoteosis de los barrios suburbiales.
No era sólo un proyecto urbanístico, sino también socio-político, en el que cada familia norteamericana habitaría un terreno cuadrangular de un acre (4.000 m² ) de las reservas federales. El transporte sería principalmente en coche por los extremos de cada acre, y a pie dentro del mismo.
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